Para ser fieles a la memoria de Manolo y Bosch

<p>Para ser fieles a la memoria de Manolo y Bosch</p>

FIDELIO DESPRADEL
En el artículo de página entera del doctor Mario Read Vittini, del pasado 23 de noviembre en Hoy, queda claro que hubo una reunión en el Palacio Nacional el 18 de noviembre de 1963 (tres días antes de asesinar a Manolo), que en esa reunión estaban los triunviros don Emilio de los Santos, Manuel Tavárez Espaillat y doctor Tapia Espinal; los dirigentes de los partidos golpistas, doctor Viriato Fiallo, Ramírez Alcántara, Horacio Julio Ornes Coiscou; los miembros del gabinete: doctor Donald Reid Cabral, Pedro Manuel Casals Victoria, doctor Alcibíades Espinosa, el general Ramírez Alcántara, el doctor Hipólito Sánchez Báez, así como otros miembros del gabinete, cuyos nombres hay que determinar.

Asimismo, los generales Elby Viñas Román, secretario de las Fuerzas Armadas; Wessin y Wessin, Belisario Peguero, Atila Luna y Hungría, entre otros.

De acuerdo a un testimonio que el doctor Juan Isidro Jimenes Grullón le dio al doctor Emilio Cordero, éste se encontraba en Londres cuando asesinaron a Manolo.

Queda claro también, que a excepción de presidente del Triunvirato, don Emilio de los Santos, del propio doctor Mario Read Vittini (de acuerdo a su testimonio) y los miembros del gabinete, doctor Pedro Manuel Casals Victoria, Alcibíades Espinosa, el general Ramírez Alcántara y el doctor Hipólito Sánchez Báez, todos los demás asistentes a la fatídica reunión del 18 de diciembre, estaban de acuerdo con que “Manolo no podía bajar vivo de las montañas”; y decidieron, para garantizar que su decisión política pudiera consumarse, que el ingeniero Manuel Tavárez Espaillat, con quien Manolo tenía una reciente relación, dirigiera un mensaje al país, por televisión y radio, donde entre otras cosas planteó: “Es innecesario reiterarles (a los guerrilleros, F.D.) que sus vidas y sus derechos serán religiosamente respetados.”

Es claro también que el general Ramiro Matos, comandante de las fuerzas antiguerrilleras de Manaclas, no dice la verdad cuando afirma, reiteradamente, que Manolo murió en una emboscada. El entonces coronel Ramiro Matos, según lo que hasta ahora conocemos, tenía una línea de mando directa con el Palacio Nacional, en particular con el general Elby Viñas Román, secretario de las Fuerzas Armadas del gobierno de facto.

Manolo, y con él todos los y las que participamos en la insurrección armada constitucionalista de 1963, sabía muy bien que era su vida, y la de los demás, las que poníamos en juego en aquella insurrección. Al igual que cuando asumió la gran responsabilidad de estructurar, en una sola organización, el creciente movimiento clandestino contra Trujillo, que el 10 de enero de 1960 asumió el nombre de Movimiento Revolucionario 14 de Junio. De manera que mis palabras no son un grito de lamento por la suerte de quien fue mi amigo, dirigente y ejemplo. En cualquier lucha revolucionaria, si ésta es auténtica, siempre está presente la posibilidad de perder la vida en el combate. Lo que quiero dejar claramente establecido en estos artículos es lo siguiente: Que el golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, fue concebido, organizado y ejecutado por los grupos llamados en aquella época “oligárquicos”, que habiéndose desarrollado a la sombra, o como socios menores de Trujillo, y habiendo conspirado con los Estados Unidos para ajusticiar a Trujillo y adueñarse del poder y recursos que él concentraba, vieron en el proceso de lucha que se empezaba a desarrollar, en Manolo el 14 de junio, y en el profesor Bosch, una amenaza para sus planes e intereses.

Que un Manolo vivo, a la cabeza del 14 de Junio, era una amenaza mortal para su plan de adueñarse del país y de la herencia de Trujillo.

Que, frustrado el “éxito” inicial de sus planes (desplazar del poder a Bosch y asesinar a Manolo), por la continuidad de las movilizaciones del pueblo, la actitud de los militares constitucionalistas, y el derrocamiento del Triunvirato, esos mismos grupos apoyaron la intervención militar norteamericana y sus planes con respecto a la República Dominicana.

Que esos mismos grupos “oligárquicos” pactaron con Balaguer, desvirtuaron para su provecho la política de “sustitución de importaciones”, domesticaron al PRD y terminaron igualando, en su ética y concepción, a los tres grandes partidos (PLD, PRD y PRSC).

Que la visión del desarrollo de esos grupos, herencia del régimen de Trujillo, consiste en la práctica oligopólica; en servirse de los favores del Estado para potenciar sus negocios y acentuar la polarización social del país, y en la corrupción e impunidad.

Que el doctor Donald Reid Cabral, el ingeniero Manuel Tavárez Espaillat y el doctor Tapia Espinal, son los tres principales protagonistas civiles (dominicanos) visibles de aquel trágico episodio, y del inicio de la dinámica impuesta al país desde el golpe de septiembre de 1963, la cual ha sido capitaneada políticamente por las cúpulas de los dos grandes partidos fundados por ese dominicano insigne, que fue el profesor Bosch.

Los y las que queramos ser fieles a la memoria de Manolo, y los seguidores sinceros del profesor Bosch, estamos comprometidos a luchar por cambiar el rumbo y las prácticas que impusieron aquellos iniciadores del desastre en que ha devenido nuestro país.

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