Paradoja geopolítica

Paradoja geopolítica

Un hombre pobre puede llegar a ser rico; un ignorante puede alcanzar la sabiduría; un minusválido puede entrenarse para “valerse” por sí mismo. Pero el pobre, el ignorante y el minusválido, deben querer, de todo corazón, superar sus limitaciones. Nada se consigue sin el ejercicio prolongado de la voluntad. Algunos teólogos sostienen que Dios es, ante todo, voluntad creadora; ciertos filósofos del siglo XIX fueron llamados “voluntaristas”. En las calles, los hombres comunes, predican continuamente: “quien no hace diligencias, se queda como perico en la estaca”. La RD está obligada a movilizarse con el mayor brío para evitar ser aplastada por la injusticia internacional.

Sí; por la injusticia internacional, que opera en todos los ámbitos. En Siria han muerto cien mil personas; montones de hombres, mujeres y niños, han tenido que emigrar con la ropa que tenían puesta y una funda de pan. Bachar el-Assad ha gobernado dictatorialmente en Siria desde el año 2000, tras el fallecimiento de su padre Hafez el-Assad. Se trata de un “régimen hereditario”. Pero la sangrienta guerra civil de Siria no ha podido resolverse porque Rusia, China y EUA, tienen intereses encontrados en la región. Actualmente el-Assad parece haber reforzado su gobierno. Los sirios sólo pueden morir o emigrar.

Cuba y Venezuela, dos regímenes adversarios de los EUA, tratan de manipular el gobierno del Presidente Obama con motivo de las diferencias entre Haití y la RD. Claro está, que para sus propios fines y no para los de Haití o de la República Dominicana. La gran paradoja es que Haití, considerado “el país más pobre del hemisferio”, puede servir de “disparador” a dos países contrarios al “gran coloso del Norte”. Un “Estado fallido”, como lo ha calificado la revista “Foreing Policy”, logra poner en aprietos al país donde emigran sus nacionales.

Si queremos zafarnos de la tenaza internacional en que estamos cogidos, tendremos que trabajar muy duro, con la firme voluntad de superar nuestra “minusvalía diplomática”. Lo primero que deben prever las grandes naciones es que se forme “un volcán de doble boca”, en una isla con dos culturas distintas. Otras posibilidades son: dos Estados fallidos o una guerra civil, sin desenlace previo de los problemas de Cuba y Venezuela.

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