Payasos para que los niños rohinyás puedan olvidar

Payasos para que los niños rohinyás puedan olvidar

Los niños rohinyás que han llegado a Bangladesh vagan por campos de refugiados que no tienen escuelas ni parques en los que jugar, pero cuando se topan con un payaso sus ojos curiosos se quedan pegados a una escena con la que durante unos minutos podrán reír y olvidar.
Abdullah Biplob, un miembro de la Asociación del Teatro Popular, cuenta que los pequeños empiezan reaccionando despacio; luego quieren tocar al payaso, imitarle y, por un momento, parece que logran olvidar el estrés traumático en sus cabezas y las atrocidades que han tenido que vivir.
Cuando el payaso les da un globo de repente una gigantesca sonrisa vuelve a aparecer en su rostro, una expresión casi olvidada para muchos de ellos. Biplob es uno de los voluntarios de este grupo que hoy actuó para los niños en Ali Khali, en Teknaf, en el suroriental distrito de Cox’s Bazar. Telefónicamente explicó a Efe que desde el 7 de octubre, el grupo de animadores se pasea por los campos de refugiados disfrazados como payasos tratando de que, además de comida y agua, se pueda repartir un poco de alegría entre los niños, una iniciativa en la que han contado con el apoyo del centro de cultura nacional Academia Shilpakala Bangladesh.
Más de medio millón de rohinyás han llegado a Bangladesh huyendo de la violencia que comenzó en Birmania (Myanmar) el pasado 25 de agosto, con una ataque insurgente contra instalaciones policiales y militares que fue respondido por el Ejército con una gran campaña. De acuerdo con Unicef, más de la mitad de los refugiados son niños y casi la cuarta parte tienen menos de cinco años, lo que ha hecho de esta una crisis fundamentalmente infantil.

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