Cuando David Ortiz fue despedido por los Mellizos de Minnesota, después de la temporada del 2002, el ya tres veces ganador del premio Cy Young Pedro Martínez vio la oportunidad de hacer un favor a un dominicano.
Martínez sabía que si hablaba con la gerencia de los Medias Rojas, estos inmediatamente le darían la oportunidad al toletero que venía de disparar 20 vuelacercas.
“Lo primero que vi de David fue la necesidad de un trabajo (para él)”, dijo Martínez en una conversación telefónica con el periódico Hoy.
Pero no simplemente por hacer un favor, sino que Martínez sabía de lo que era capaz el nativo de Haina, que para entonces apenas tenía 26 años.
“Yo por mi propia experiencia, y aunque sea algo negativo, fui una de sus víctimas el año anterior”, indicó.
Y es que vistiendo la franela de los Mellizos, Ortiz le conectó un cuadrangular a un lanzamiento que Martínez entendía que no podía conectarle.
“Me dio un jonrón con un cutter a 92 mph, con una buena posición y buena altura. Ahí me di cuenta que era alto de estatura, pero que podía batear la bola adentro y todos los días no se ve eso”, agregó el lanzallamas.
La recomendación de Martínez dio sus frutos y Ortiz no lo hizo quedar mal.
El nativo de Haina ha sido clave para tres coronas de los Medias Rojas.
Con 540 cuadrangulares de por vida y dos premios al Jugador Más Valioso en la postemporada -uno en la Serie de Campeonato del 2004 y otro en la Serie Mundial del 2013- Ortiz ha desarrollado una carrera de inmortal.
Pero más que nada, entre Martínez y Ortiz existe una relación que va mucho más allá del béisbol.
“Mi relación con David como peloteros es de hermanos, los hermanos se ayudan entre sí. Él me ama, yo lo amo, respetamos cada uno, nos decimos compadre y es intachable esta relación que llevamos David y yo, un hermano mayor con un hermano menor y nos damos todo el apoyo del mundo que podemos darnos”, explicó.
Y en este fin de semana, cuando David jugará sus últimos partidos de temporada regular en las mayores con la camiseta de los Medias Rojas, su “compadre” estará presente.
Ortiz será sujeto de una serie de ceremonias en la ciudad de Boston para culminar una carrera de 20 años de éxitos y de gloria.
Veinte años de triunfos y de convertirse en uno de los jugadores más respetados de todo el negocio.