Truck driver Mike Monnin fills his tank with diesel fuel at a cost of $3.959 per gallon at a truck stop off the New York State Thruway near Buffalo in Pembroke, N.Y., Monday March 3, 2008. The weaker dollar that has propelled oil and other commodities prices higher sent light, sweet crude for April delivery past $103.76 a barrel on the New York Mercantile Exchange. That's the level many analysts consider to be the true record high for oil, after its $38 barrel price from 1980 is translated into 2008 dollars. (AP Photo/David Duprey)
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se comprometió a llevar el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.000 euros mensuales para el ejercicio 2020.
Actualmente el SMI está situado en 735,9 euros mensuales, por lo que elevarlo a 1.000 euros supondría que, en dos años (2019 y 2020), habría que articular un incremento porcentual del 35,9%, el equivalente a 264,1 euros más. Durante su etapa en la oposición, Sánchez pidió al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que subiera el SMI hasta los 1.000 euros al mes por catorce pagas. Era, por tanto, una reivindicación de los socialistas que Sánchez se compromete ahora a llevar a cabo.
El Gobierno de Mariano Rajoy pactó con los sindicatos una subida progresiva del SMI para llevarlo hasta los 850 euros mensuales en 2020.
Rajoy acordó un aumento del 4% en 2018, del 5% en 2019 y del 10% en 2020. Al final del periodo, el SMI llegaría a los 850 euros mensuales. No obstante, la idea de Sánchez es ir más allá para subir el SMI hasta los 1.000 euros, en línea con lo que han pactado patronal y sindicatos en sus recomendaciones para los negociadores de convenios colectivos: llevar el salario mínimo de convenio hasta los 1.000 euros al mes por catorce pagas en 2020. “España crece, pero no redistribuye ese crecimiento. Ahora mismo el reparto de la renta entre los trabajadores y los beneficios empresariales está absolutamente desequilibrado”.
Sánchez ha confirmado los planes del Ejecutivo para gravar el diésel y hacer que este combustible cada vez pese menos en la movilidad urbana. “España es un país que está a la cola en la tributación ecológica. Y este Gobierno, que está comprometido con la lucha y la adaptación al cambio climático, con la necesidad de impulsar las energías renovables y de respetar nuestro medio ambiente, pues lógicamente vamos a hacer lo que están haciendo otros países europeos, que es precisamente la imposición al diésel”. El presidente, que ha afirmado que este impuesto no afectará a los trabajadores y sectores que utilizan el diésel, insistió en que “el diésel tiene que ser un combustible que cada vez pese menos”.