Pepe Coronado artista maestro de la impresión

Pepe Coronado  artista maestro  de la impresión

En su espacio propio se exponen obras gráficas de su firma en las que es obvio que, la composición es eficiente y lo que más impresiona es su relación a las geografías como detentoras de procesos migratorios. Presenta trabajos donde la figura receptora de Estados Unidos se impone como territorio humano para la isla, más sin embargo, el color de un rojo sangre envejecido viene a definir el drama del proceso migratorio.
En otras de sus obras hemos admirado la sutileza del manejo geométrico de las formas y la conyugación sinfónica con los matices del negro y del gris, ofreciendo a la vista espacios de luz que solo una poética de la imagen, compartida con las emociones puede poner en escena. Nos atrapó la precisión del trabajo y su limpieza.
Recordamos a través de nuestra reciente visita a New York, observar en su taller la profesionalidad de todos sus mecanismos visuales, tal como hemos podido presenciarlo en los talleres de impresión de maestros mejicanos que han hecho escuela en Méjico, como Francisco Quevedo, Francisco Limón, entre otros, y en Francia, en el taller del artista constructivista Henri Patez.
Coronado se apasionó por su arte, y esto lo sentimos de cerca, cuando acompañado por un colega americano lo vemos acariciar el papel con un gesto de respeto y admiración hacia el autor de la obra que reproduce.
Su capacitación tiene el sello de la profundidad del encuentro visual con todo lo que ha adquirido en el “taller de artistas chicanos” a quienes conoció en Austin, Texas, donde residió más de dos años compartiendo en el espacio del artista Sam Coronado, reconocido en el medio del arte del Estado. Más allá de los trabajos en superficie llana Pepe Coronado amplió sus recursos de expresión artística en la cerámica, lo que le añade una gran dexteridad en los corpus de volúmenes redondos en sus líneas.
Después de todo un proceso de prácticas con Sam Coronado, entre 1993 y 1996, aplicó en el 1998 para estudios académicos en el Corcoran, donde se distinguió en varias colectivas de impresión de serigrafía, litografías y grabados, tanto en Washington como en New York, exponiendo y trabajando con artistas internacionales de su generación, tanto de Europa como de América del Norte y del sur, y parte de caribeños emigrados a Estados Unidos de Norteamérica.
En el presente, el taller de Pepe Coronado, dominicano oriundo de Bonao, es una realidad artística en el Museo del Barrio de New York, una cita obligada para los artistas latinos e internacionales que realizan sus obras desde Estados Unidos.
Hemos visto obras magníficas de Freddy Rodríguez, del boricua Diógenes Ballester, de Miguel Luciano, Rider Ureña, Moses Ros, y artistas de todo el continente latinoamericano.
Losmás apreciable de el artista Pepe Coronado, es su apertura de taller con la comunidad intelectual de los artistas dominicanos,que convergen en su espacio con la naturalidad del encuentro humano e intelectual tan decisivo en la etapa de las emigraciones, porque este maestro en un federado de encuentros e intercambios generosos, sin miedos de competencias, ya que lo que aquí se intenta conciliar es una fraternidad a través de las artes. Es eso lo que justamente se respira en este taller, un lazo un cemento de nuevas generaciones de la diáspora artística que hemos disfrutado en presencia del maestro del grabado y de la cerámica Ezequiel Taveras que reside también en New York, desde hace más de tres años y que está abriéndose un camino interesante enla profesionalización internacional de sus propuestas visuales, tanto en cerámica como en pintura y grabado.
Pepe Coronado, más allá del oficio, tiene un arte propio de visualizar los espacios que dejan las luces tanto naturales externas como internas eléctricas, en una palabra las geografías que se difunden en el papel. Su obra gráfica es muy pensada y se mueve entre la reflexión de los constructivistas y minimalistas, y el enfoque de iluminaciones de los cubistas.
En nuestras conversaciones destaca su pasión por el diálogo transversal o multicultural que puede desarrollarse desde un taller y enfatiza sobre la necesidad de abrirse a la sociedad, a la ciudadanía y al campo educativo creando conversatorios, intercambios con poetas, escritores, intelectuales que de alguna manera tienen la imagen y el papel por compartir.
Con artistas dominicanos presentes en New York, tiene una relación abierta y ellos vienen a tirar sus grabados a hacer sus impresiones, acompañados por el ojo del maestro y en muchos casos también colaboran con la misma producción internacional con el espacio Pepe Coronado Studio and printprojects.
Actualmente, colabora con diversas universidades, ofreciendo con entrega sus conocimientos visuales y técnicos y lo que nos parece acertado es su lazo con las jóvenes generaciones de artistas que se integran a un colectivo que Coronado anima con mucho interés en permanecer abierto con los artistas de la isla, defendiendo siempre la posibilidad de entregarse al crecimiento de las nuevas diásporas.
Sumamente disponible no teme llevar dinámicas de integración en las diferentes universidades de Estados Unidos como ya lo ha hecho en Nebraska, Virginia, LosAngeles, sin olvidar el país.
Pues en estos días está colaborando con Ezequiel Taveras, Leslie Jiménez, Mildor Chevalier, para participar con la Escuela de Artes de la UASD, a través del taller de grabado de esta misma universidad dirigido por el maestro en grabado Leonardo Durán, en una colectiva que integrará la imagen poética con la imagen visual, con la participación de un colectivo de artistas dominicanos, quienes también van a colaborar con impresión de serigrafía bajo la conducción del maestro Miki Vicioso.
Esta exibición se presentará en marzo en la galería de la facultad de Artes como muestra de la relación entre la imagen de la palabra y del trazo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas