Muchos amigos de Adalberto Rodríguez creen que nació en Monte Plata y él corrobora cuando se lo preguntan. Pero en realidad el joven empresario, deportista y cotizado ejecutivo en la promoción de distintas marcas-icono del país y el exterior, es un “serrano” orgulloso de sus raíces campesinas que ha cosechado notables éxitos en la construcción de imágenes de marcas comerciales.

En Monte Plata adquirió mucha experiencia en la elaboración y planificación de proyectos de desarrollo para esa provincia. Separó espacio de su tiempo para integrarse al trabajo, con interés, entusiasmo y desprendimiento, sin descuidar sus responsabilidades como ejecutivo de la empresa en la que laboraba.

“Me interesé en el desarrollo de Monte Plata porque es una provincia muy pobre, pero con muchos recursos potenciales. Hice una gran amistad con el senador Charlie Mariotti y con mucha gente honesta y trabajadora de allí”.

Rodríguez, nacido en la comunidad Los Montones de San José de las Matas, es el sexto de ocho hijos del matrimonio de Tomás de Jesús Rodríguez (fallecido) y Guadalupe Mercedes Tavares.

Es graduado de mercadotecnia en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. En su carrera ha afianzado la experiencia laboral, con un amplio segmento de servicios, logrando notables éxitos en la promoción de marcas-icono nacionales e internacionales.

Inició con el grupo León Jimenes, en la Cervecería Nacional Dominicana, de 1990 a 2006. Los 16 años laborales trabajó duro, especializándose en promociones.

“En mi formación invirtieron muchos recursos para que yo elevara el nivel de desempeño en los estándares de las responsabilidades que recaían sobre mis hombros. Ese grupo económico forma la gente. Eso lo puedo testimoniar”.

Siente respeto, admiración y agradecimiento por la oportunidad que le ofrecieron y que aprovechó para fortalecer sus conocimientos, métodos, destrezas, conocimientos y procedimientos para alcanzar el éxito profesional.

“Pocos grupos como León Jimenes se preocupaban por desarrollar, de elevar el perfil y el nivel a los ejecutivos que tenían altas responsabilidades de desarrollarme en lo profesional”.

Ha trabajado proyectos para Codetel, Tricom, Amway Internacional, Grupo Cometa, Hard Rock Café, Brugal, entre otras empresas. En el sector público, ha participado en proyectos de medio ambiente y protección de recursos naturales; en el Senado de la República y a la oficina de gestión senatorial de Charlie Mariotti.

Rodríguez, de 49 años, ha laborado como consultor, asesor de marketing y, además, ofrece servicios de agencia promocional a empresas del sector de consumo masivo, así como a instituciones del Estado.

Preocupaciones. “Creo que las perspectivas del país son buenas, que nos encaminamos hacia el desarrollo, porque conozco al presidente Danilo Medina y sé que es un hombre de muy buenas intenciones, aunque confieso que hay situaciones que me preocupan, y cito:

La deuda externa. Me preocupa que nuestro país asuma responsabilidades que no podrá cargar con ellas.

La inseguridad ciudadana. la terrible ola de delincuencia que azota a nuestra sociedad; la violencia de género y el narcotráfico. Estos problemas están abrumando a esta sociedad. No podemos vivir en un ambiente de zozobra, de incertidumbre, de inseguridad. Vivimos el día a día en un entorno muy complejo.

Siento que nuestro país es otra cara de la nación que teníamos hace apenas 15 o 20 años. Hemos avanzado en muchos aspectos, pero en otros estamos rezagados. Siento que estamos perdiendo los valores familiares, las buenas y sanas costumbres que nos enseñaron nuestros ancestros y sobre todo el respeto hacia los demás.

La desigualdad social. Una de mis grandes preocupaciones es que esa brecha se ensancha cada día. Soy dominicano y quiero terminar mi vida en mi país, pero me atormentan estos males que afectan a todos los estamentos de la sociedad dominicana”.

“Deseo para mi país, para la gente, más oportunidades y menos desigualdad. Las oportunidades se van quedando en un espacio, mientras la desigualdad social se ensancha”.

Origen humilde. “Mi padre, Tomás de Jesús Rodríguez, a quien Dios lo tenga en su reino, era un campesino, un hombre humilde, trabajador, laborioso. Cultivaba tabaco en la comunidad donde procreó ocho hijos con mi madre Guadalupe Mercedes Tavares.

De mi padre aprendí todo. ¡Qué cosas tiene la vida, ¿no?! Soy un profesional exitoso que aprendió de un campesino humilde y trabajador, un hombre de la sierra. Esas costumbres familiares de respeto a los demás, de amor al prójimo, de integración familiar, de humildad, sencillez, de amor al trabajo, esos valores que no se extraen de los libros, sino de la enseñanza del hogar, todo lo que me enseñaron mis padres ha sido determinante para mi formación, para abrirme paso en la vida y siempre lo agradeceré a mis progenitores.

Desde pequeño mi padre me mostró el camino correcto para no cometer errores. Me miraba directamente a los ojos e insistía para cerciorarse que yo entendía el mensaje. Recuerdo que un amigo me comentó: “Cada día recordarás a tu padre, no sólo por el cariño y el amor que te dio, sino por todo lo que te enseñó. Eso no tiene precio en la vida”.