Ling Almánzar
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Periodistas y comunicadores criticaron ayer la vulgaridad en los medios de comunicación, expresada en contenidos groseros, insultos y palabrotas. Aunque sus enfoques difieren, convienen en la necesidad de que las autoridades regulen los contenidos mediáticos y definan su rol frente al problema.
Así, para el periodista Luis Eduardo Lora (Huchi), los comunicadores obscenos muestran que no tienen otra cosa que ofrecerle al público, lo que constituye un irrespeto al mismo.
Aunque pide regulación, cree que las medidas no deben ser “drásticas”: ni cierre ni cárcel.
“Se están mostrando ante el público de una manera alejada de las buenas costumbres, y no muestran que pueden ofrecer un contenido interesante, instructivo y provechoso para el que lo está viendo o escuchando”, considera.
La comunicadora Alicia Ortega pide definir qué es vulgar y qué no lo es, pues «tal vez lo que es vulgar para alguien no lo sea para otro». No obstante ese relativismo, está consciente de que «hay preceptos generalizados de la vulgaridad».
En todo caso, se muestra alarmada por las imprecauciones que se vierten en los medios de difusión.
“Da mucho temor con respecto al mensaje que les estamos transmitiendo a las generaciones que vienen creciendo”, reflexiona.
Aunque favorecería la eliminación de la Comisión Nacional de Espectáculos Públicos y Radiofonía, por juzgarla «inoperante», Ortega insiste en definir lo grosero y obsceno.
A Willy Rodríguez, director de la emisora Z-101, le preocupa la música vulgar que atrapa a los jóvenes, los incita a las drogas y los sumerge en la violencia. Por eso quiere que las autoridades regulen ese tipo de música, de acuerdo a las normas.
Otros periodistas son tímidos en cuanto al tema. Julio Martínez Pozo es un ejemplo: consultado al respecto, rehusó opinar.