Personas mayores de EE.UU. trabajan y redefinen años dorados

Personas mayores de EE.UU. trabajan y redefinen años dorados

Ron Levitt podría haberse retirado hace 16 años cuando vendió su exitoso consultorio de optometría de Rocky Hill, Connecticut. En cambio, siguió vistiendo su guardapolvo blanco, encontró dos empleos a tiempo parcial para atender pacientes y siguió trabajando.

Hoy, a los 74 años, Levitt gasta todo el dinero que gana en vacaciones con su esposa y en pagar la cuota de clubes de golf. Además de contar con más dinero, Levitt dice que trabajar le sirve para no aburrirse.

Un porcentaje cada vez más grande de estadounidenses sigue trabajando en la tercera edad, oponiéndose a la tendencia general de las personas que dejan de trabajar que preocupa a las autoridades de la Reserva Federal que tratan de fomentar el crecimiento.

En tanto las personas mayores siguen trabajando, sus salarios impulsan el gasto y contribuyen a la expansión económica estadounidense.

“El hecho de que sus ingresos aumenten al tener empleo significa que gastarán más que sus pares que se han jubilado”, dijo Dean Maki, economista jefe de Point72 Asset Management de Stamford, Connecticut.

El porcentaje de los mayores de 65 años que siguen perteneciendo a la población activa era de 19,4 por ciento no ajustado en junio, por arriba del 15 por ciento de junio de 2006, según la Oficina de Estadísticas Laborales.

Entretanto, la tasa de participación general en la población activa el mes pasado fue de un 62,7 por ciento ajustado, por debajo del 66,2 por ciento de hace una década y cerca del punto más bajo desde 1977.

Tendencia continuada. Si bien muchos señalan al hecho de que la recesión arrasó con los ahorros para el retiro como factor que llevó a que las personas mayores siguieran trabajando, el aumento de la última década es parte de una tendencia de largo plazo.

La tasa de participación del grupo de más de 65 años comenzó a trepar a mediados de la década de 1980 después de caer durante cuatro décadas cuando los generosos beneficios de la seguridad social eran un incentivo para jubilarse.

“Dejaban ocioso mucho potencial”, dijo Matt Rutledge, economista de Boston College cuyas investigaciones se centran en los resultados del mercado laboral para los mayores.

“Podrían haber contribuido a apuntalar sus propias necesidades financieras, podrían haber ayudado a la generación más joven si necesitaba apoyo y podrían haber aportado más impuestos al sistema. Si no trabajaban, no hacían nada de eso”.
Los economistas atribuyen el aumento de la cantidad de personas mayores que trabajan a numerosos factores, pero destacan que la buena salud es el principal motor. Además, los trabajos son menos exigentes en el aspecto físico.

La mayoría de las personas mayores que quieren trabajar encuentran empleo. El índice de desempleo no ajustado de los que tienen 65 años o más era de 4,1 por ciento en junio, por debajo del índice nacional general de 5,1 por ciento.

Ni siquiera durante la recesión y sus secuelas, el índice de desempleo de los mayores dio un salto tan grande como el de la población general.

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