Pesares de Líbano

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PEDRO GIL ITURBIDES
El padre Georges Khoury aprovechó la celebración para pedirle a Dios protección y paz para su pueblo. Libanés con residencia ocasional en el país, encabezó la asamblea eucarística del lunes al anochecer, en el templo consagrado a san Antonio de Padua, en Gazcue. Mientras lo esperábamos, mi mente se remontó a la niñez, a aquellos días en que don Anís Vidal nos habló de las emigraciones de los cristianos maronitas.

Por aquellos años, todos los árabes eran turcos. Cansado de escuchar el gentilicio, don Anís decidió ofrecer la información que permitiera definir las nacionalidades del Asia Menor y el Medio Oriente. En mi caso personal, además, deseaba aclararnos que no era mallorquín, pues pugnábamos con él para asegurarle que los Vidal provenientes del viejo mundo llegaron de Mallorca. Con él supimos de historias de persecuciones contra los católicos cristianos maronitas.

Ahora contemplábamos a este hombre con cuello clerical, algo cojo, que instruía al improvisado coro que cantaría en la solemnidad de santa María madre de Jesús. Y por supuesto, la imaginación, pródiga, hacía confluir aquellas viejas historias de don Anís con la figura del sacerdote que presidiría la asamblea eucarística.

Los cristianos de Líbano, Siria, Jordania y Arabia Saudita, y los palestinos de todos los lugares, viajaban al finalizar el siglo XIX, con pasaportes del imperio turco. Mucho después del desmembramiento del secular imperio, todavía los nativos de esas naciones siguieron como turcos entre nosotros. Muchos adoptaron nombres latinos debido a las dificultades idiomáticas. Y en no pocos casos, en razón de la incompetencia de los funcionarios de migración al recibir aquellas hornadas de inmigrantes.

El padre Khoury no habló de los pesares de su pueblo. Pero en tanto comentaba el evangelio de san Lucas dedicado a la Virgen, recordó la estratégica existencia de los católicosn maronitas. Habló del tema en forma tangencial, quizá para recordarnos únicamente que la supervivencia de la fe de Nuestro Señor es vital para el fortalecimiento de sus pueblos. Comenzando por el pueblo libanés, algunos de cuyos hijos, como la familia Gemayel, han sufrido en carne propia la responsabilidad dirigencial en el mundo político de ese país.

No puedo decirles que asistí a la Misa. Mi cuerpo estaba presente en la celebración, pero mi mente divagaba alrededor de estos temas, y pensaba en la relación de Salomón con fenicios y libaneses. Pero también en aquél otro Líbano que hasta la intromisión de Siria en la política de esa nación, constituyó el gran centro financiero del cercano oriente. Era el orgullo de sus hijos, llegados a nuestro suelo en épocas difíciles, y vanagloria de los hijos de esos hijos, hechos carne entre nosotros.

Pero también me sentía atraído hacia la forma externa, hacia el rito de una celebración diferente aunque no distinta ni distante del rito latino. Muchas de las oraciones fueron expresadas en arameo, y al saberlo, pensé en el mismo Jesús y en todos los que en los tiempos apostólicos, o de la patrística, hablaban esta lengua. Los cánticos en lengua árabe distaban de los nuestros, pero tenían el inconfundible vigor del que clama a Dios por su misericordia. Al final nos despedimos en forma muy similar a las formas del rito latino. Pero quedé esperando que el padre Khoury nos hablase de su misión entre los dominicanos. Porque acostumbrados por el doctor Antonio Zaglul a contarle cinco patas al gato, no admití que viajase de tan lejos para dar a conocer el rito católico cristiano maronita entre nosotros. Sueño con que este viaje procure, además, recordarnos que este rincón cristiano que prevalece entre tanta violencia y sectarismo, puede servir a la comprensión de un modo diferente al proyecto de George W. Bush.

Porque la violencia occidental no llevará paz a gentes proclives a alborotarse por un quítame esta paja. Es con el fortalecimiento de una obra difundida por medio de procedimientos evangélicos bien entendidos, que pueden eliminarse los pesares del Líbano. Y, con el tiempo, los sufrimientos de aquella región.

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