Pescadores puertoplateños y la zona económica exclusiva

Pescadores puertoplateños  y la zona económica exclusiva

La grave situación jurídica en la que se encuentran involucradas las embarcaciones pesqueras Paul, Digna Rosa y Chiqui, cuya tripulación estaba compuesta por 148 personas entre buzos, yoleros y ayudantes, es motivo de preocupación para sus familiares en Puerto Plata; ya que en el pasado las autoridades de la Real Fuerza Armada de las Bahamas han apresado, multado y confiscado la pesca y el marisco subidos a bordo, bajo el alegato de que están faenando en aguas territoriales bahameñas.
En verdad, la mayoría de nuestros pescadores ignoran las leyes que rigen el Derecho del Mar, desconociendo además, la Delimitación Marítima que nos corresponde conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982. La misma define los espacios marítimos y sus calidades, coordenadas que ignoran los que se lanzan al mar para pescar en aguas que se suponen internacionales, pero que debido a esta Convención, pueden pertenecer a un Estado, el cual sistemáticamente ejerce su soberanía sobre su mar patrimonial.
Es de púbico conocimiento que nuestra Ley No. 186, del 13 de septiembre de 1967, presenta graves deficiencias en torno a los espacios jurisdiccionales universalmente aceptados y que en muchos casos vulneran nuestra soberanía, por los numerosos islotes que circundan las islas del Caribe, que no dan espacio a que se pueda reclamar las 12 millas del mar territorial. Tampoco la zona continua que es contigua y que posee una anchura de 24 millas náuticas, ni mucho menos las 200 millas a lo largo de las costas, que desde el año 1947 reclaman Perú, Chile y Ecuador como mar patrimonial.
El incidente en el cual se han visto involucradas estas tres embarcaciones pesqueras dominicanas, puede haber sido causado por la proximidad de las costas entre el Banco de la Navidad, las Islas Turcas y Caicos, las Bahamas y hasta parte de las costas de Cuba, que de paso, fue la nave de guerra de ese país, que entregó a las autoridades de Bahamas, las tres embarcaciones dominicanas.
Una cosa es muy cierta, las tres embarcaciones no se encontraban en el mar territorial ni tampoco en el espacio marítimo adyacente al territorio dominicano. Por lo tanto, pretender ignorar estas leyes relativas a la posesión de las especies marinas encerradas dentro de las profundidades de las mismas, incluidas dentro de las distancia establecida de las costas, es querer invocar que las embarcaciones se encontraban navegando en aguas internacionales en donde el derecho de paso inocente es reconocido internacionalmente.
Los propietarios de los barcos apresados, han recurrido a la Cancillería dominicana con la esperanza de que por su intervención las naves y sus tripulantes sean liberados de la prisión en donde se encuentran retenidos. En casos similares que ya han ocurrido con anterioridad, las autoridades de Bahamas, no solo han encarcelado a los que ellos denominan violadores de sus aguas territoriales, sino que le han impuesto elevadas multas, que han tenido que pagar para ser liberados.
Nosotros todavía no tenemos conocimiento, que siendo el Banco de la Plata, Banco de la Navidad y el del Pañuelo Blanco, aledaños a la zona económica exclusiva que hacia el Norte incluye un mar patrimonial de 200 millas náuticas, que si son aguas territoriales dominicanas y en donde la nueva zona económica establecida mediante la Ley 66-07 que declaró a la República Dominicana como estado archipiélagico, la territorialidad dominicana alcanza los 571,098 km2 y dentro de la misma, a nuestros pescadores le asisten todos los derechos por ser dominicanos.
Siempre hemos resaltado, que nuestra Armada, que tiene buques de guerra más potentes que las lanchas patrulleras de las Bahamas, debieran hacer uso de ellas para proteger a nuestros pescadores que al fin y al cabo, lo que buscan es ganar el sustento para sus familias de manera honesta y riesgosa. ¡Ojalá se atrevan a navegar cerca de las embarcaciones pesqueras dominicanas! para que los súbditos ingleses sepan que están tan protegidas y que no son usurpadores de bienes que son del dominio público de la humanidad.

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