El peso de México cayó después de que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador avanzó hacia la victoria en las elecciones presidenciales del pasado domingo en México.
La moneda había subido hasta un 1,4 por ciento previamente, pese a que las encuestas a pie de urna mostraban una ventaja decisiva para López Obrador. Posteriormente dio marcha atrás después de que las encuestas sugirieran que el partido populista Morena tendría un amplio apoyo en el Congreso.
El recuento temprano de los votos mostraba una importante ventaja del candidato, igual como pronosticaban las encuestas, lo que señala un fuerte apoyo a sus políticas.

En el discurso de victoria después de la votación, López Obrador adoptó un tono conciliador a la vez que mantenía que su gobierno daría preferencia a los pobres.
El peso fue una de las monedas de peor rendimiento del mundo en el segundo trimestre en medio de la preocupación de que López Obrador desalentaría la inversión extranjera en el sector energético y socavaría el déficit presupuestario.

Los analistas dijeron que pasarán unos días antes de que la composición del Congreso quede clara, pero Eurasia Group señaló que el amplio margen de victoria de López Obrador sugiere que su partido tendrá una posición fuerte en ambas cámaras y también podría atraer el apoyo de partidos más pequeños.
Propuestas de presidente electo. Entre sus propuestas se encuentran la paralización de un proyecto aeroportuario de US$13.000 millones, el retroceso de una apertura histórica del sector energético y un programa fiscal expansivo.

“Todavía creemos que podrá conseguir una mayoría en la cámara baja, y probablemente no esté lejos en el Senado”, dijeron los analistas de Eurasia Group, Daniel Kerner, Carlos Petersen y Ana Abad en un comentario.

El peso caía un 0,6 por ciento a 20,0237 por dólar a la 1:14 p.m. en Singapur, ampliando las pérdidas a medida que el dólar repuntaba a nivel mundial.
Un pequeño fondo de inversión cotizado en bolsa en Corea del Sur, que replica el índice de acciones MSCI México registraba algunas operaciones, con una caída del 0,1 por ciento.

Los inversores se sintieron cómodos con el proceso electoral, después de que los dos principales contendientes aceptaran la derrota temprano en la noche. Cuando se presentó en 2006, López Obrador denunció fraude electoral y sus partidarios salieron a la calle después de perder por menos de un punto porcentual ante el candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón.

“Quedaba cierta incertidumbre en cuanto a la ejecución del proceso”, dijo Tania Escobedo Jacob, analista de RBC Capital Markets en Nueva York. “Hasta ahora parece que el proceso ha sido tranquilo y sin grandes trastornos”, manifestó.