En lo que va del presente año los precios del petróleo en los mercados internacionales se han mantenido inestables, aunque el exceso de oferta sigue presionando el comercio global, el que se estima que alcanza los dos millones de barriles diarios.
Sin embargo, en lo que resta de 2016 se proyecta que la sobreoferta disminuya, debido a que un aumento de la demanda mundial y el desplome de los precios generan una menor producción en algunas naciones fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
No hay indicación si la agrupación está en disposición de reducir la producción.
Desde que los precios del crudo empezaron a caer hace año y medio desde un nivel superior a los US$100.00 por barril hasta oscilar entre los US$40.00 y US$43.00 ahora, algunos analistas creen que un repunte se ha reducido. Otros estiman que un nivel de US$20.00 es más probable que un movimiento notable al alza. Rusia cree que alcanzará los US$50.00 en este año.
La situación de desaceleración económica de muchos países desarrollados y un freno en otros apunta al surgimiento de una crisis si los precios del petróleo se mantienen hacia arriba, ya que afectarían la cuenta corriente de la balanza de pagos.
El Banco Mundial expone en dos informes, uno sobre los productos básicos y otro sobre remesas, que ayudan a comprender la dinámica existente en el mundo.
A medida que los precios del crudo bajaban, el dinero que enviaban a casa las personas que trabajan en los países productores también se reducía. Esta caída es una de las principales razones de la disminución en 2015 de las remesas hacia los países en desarrollo, registrándose la tasa de crecimiento más baja desde la crisis financiera de 2008 y 2009.