Stock traders negotiate in the iBovespa future index pit, at the Mercantile & Futures Exchange (BM&F), in Sao Paulo, Brazil, on October 7, 2008. Brazil's stock market was sinking lower ahead of close of trading Tuesday, adding to losses suffered in the worldwide rout the day before. The Ibovespa index was down 4.26 percent with just over two hours of trading left, at 40,302 points. On Monday the index closed 5.43 percent down after a hectic day that at one point saw it swing 15 percent lower, triggering two trading suspensions. AFP PHOTO/Mauricio LIMA
Los mercados emergentes se están levantando del piso provisoriamente luego de una caída que ha eliminado más de US$5 billones del valor de las acciones desde enero. Pero es posible que este alivio no dure mucho.
El aumento de las tasas en Estados Unidos, un dólar más fuerte, la guerra comercial entre Pekín y Washington, los menores precios del petróleo y el surgimiento de líderes populistas en las dos economías más grandes de América Latina podrían influir en los mercados.
“La teoría es muy simple: los activos de los mercados emergentes ya fueron bombardeados, por lo que la disminución, si las cosas empeoran, es mucho menor, y si las cosas se recuperan, tienen un mayor potencial de desempeño”, dijo Anthony Peters, analista independiente que trabajó en Blockex. Ltd. y que ha cubierto durante mucho tiempo los países en desarrollo. Sin embargo, “tienen el potencial de caer mucho más por mucho más tiempo de lo que nadie hubiera creído posible”.
La Fed y el dólar. Los inversionistas estarán muy atentos a la Reserva Federal de EE.UU. después de que su presidente, Jerome Powell, no mostrara una postura tan acomodaticia como esperaban en los comentarios que siguieron al alza de la tasa de interés del banco central el 19 de diciembre. Además, el Banco Central Europeo se dispone a finalizar las compras de activos que han dirigido miles de millones de euros hacia mercados de mayor rendimiento, como Polonia y Hungría. Eso puede obligar a las autoridades monetarias de Europa del Este a realizar alzas de tasas a las que han resistido durante mucho tiempo. En Asia emergente, las economías que dependen mucho de las inversiones extranjeras, como Indonesia, enfrentarán el desafío de mantener la estabilidad de la moneda y frenar los flujos de salida.
Guerras comerciales y China. El presidente chino, Xi Jinping, se mantiene desafiante tras decirles este mes a algunas de las figuras militares y empresariales más influyentes de la nación que Pekín no dará su brazo a torcer rápidamente ante las demandas de comercio e inversión de EE.UU. Cualquier aumento en las tensiones entre las dos economías dominantes del mundo probablemente asestaría un golpe a los activos asiáticos. Ya se han visto afectados, y el principal índice bursátil de China va en camino a su peor año desde 2008 y las acciones en Corea del Sur y Taiwán también han registrado una fuerte caída.
Populistas. Brasil y México comenzarán el año 2019 con nuevos presidentes populistas, aunque desde los extremos opuestos del espectro. Las acciones brasileñas se han elevado a niveles récord después de que el presidente electo del país, Jair Bolsonaro, dijera que vendería decenas de empresas estatales y luego de que escogiera a Paulo Guedes, de la Universidad de Chicago, como su principal asesor económico. Aun así, el político de extrema derecha enfrenta el difícil desafío de reformar el generoso y agotado sistema de pensiones del país, lo que será clave para sostener el repunte del mercado.
En México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al poder este mes, tiene a los operadores en ascuas después de cancelar un aeropuerto de US$13.000 millones. Algunas preocupaciones se apaciguaron después de que publicara un plan fiscal conservador para 2019 y después de que los tenedores de bonos aceptaran la oferta de México de recomprar US$1.800 millones de deuda utilizada para financiar la construcción del aeropuerto. No obstante, los inversionistas estarán atentos a si el presidente puede mantener un superávit presupuestario primario incluso si se gasta más en programas sociales.
Sanciones rusas. Incluso después de que el Tesoro de EE.UU. dijera que está listo para levantar las sanciones a una de las compañías más grandes de Rusia, United Co. Rusal, los inversionistas desconfiarán de las medidas del Congreso. Si la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la intromisión del Kremlin en las elecciones estadounidenses de 2016 llega a una conclusión condenatoria, eso podría desencadenar nuevas sanciones, incluidas restricciones a las transacciones de deuda soberana o bancos rusos.
Problemas del petróleo saudita. La caída del crudo Brent desde principios de octubre a alrededor de US$55 por barril es una mala noticia para muchas de las principales economías en desarrollo, principalmente para Arabia Saudita, que necesita precios de hasta US$95 por barril para equilibrar su presupuesto de 2019, según Bloomberg Economics. La contracción financiera –combinada con la reacción de Occidente sobre el asesinato del columnista Jamal Khashoggi en Estambul– significa que la decisión del MSCI de incluir a las acciones sauditas en su índice de mercados emergentes a partir del próximo año podría no ser suficiente para atraer la inversión que el reino necesita desesperadamente.
Elecciones. Hay una gran cantidad de encuestas próximas que mantendrán a los operadores en ascuas.
En Argentina, Mauricio Macri, que es popular entre los inversionistas extranjeros, enfrenta una elección en octubre. Cuando la economía se encuentra en recesión y la inflación está en casi el 50%, a los inversionistas les preocupa que los votantes puedan acudir a la expresidenta populista Cristina Fernández de Kirchner.