DAVOS, Suiza. AFP. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, aplaudió este sábado el plan de expansión monetaria del BCE y la caída de los precios del petróleo, y tachó de «exagerado» el pesimismo de muchos en el Foro de Davos.
«El pesimismo en Davos es un poco exagerado. Hay dos factores positivos: la caída de los precios del petróleo», que impulsa el crecimiento, «y la decisión del BCE» de comprar deuda pública y privada para estimular la Eurozona, dijo Haruhiko Kuroda.
Ambos factores «pueden mejorar mucho las perspectivas económicas mundiales», añadió el gobernador, que dijo ser además «extremadamente optimista» respecto a la economía norteamericana, «que está liderando el crecimiento económico global», con un 5% interanual en el tercer trimestre, el ritmo más fuerte en 11 años.
Kuroda hizo estos comentarios en un debate con su homólogo del Banco de Inglaterra, Mark Carney, Benoît Coeuré, miembro del consejo ejecutivo del BCE, Joaquim Levy, ministro de Hacienda de Brasil, y Min Zhu, director adjunto del Fondo Monetario Internacional.
La decisión del BCE, que se une a la estrategia ya aplicada por el Banco de Japón, la Reserva Federal norteamericana (hasta octubre pasado) y el Banco de Inglaterra, fue aplaudida también por Carney.
El gobernador dijo que el objetivo supremo de este tipo de compras de activos es pasar de un entorno donde se huye del riesgo «a un entorno donde se busca un riesgo sensato».
La edición 2015 del Foro Económico Mundial de Davos ha estado dominada por la cuestión del riesgo, ya sea geopolítico, con la actual proliferación de conflictos, económico o cibernético.
Uno de los temas más abordados por los 2.500 líderes políticos y económicos reunidos del miércoles al sábado en esta estación alpina suiza ha sido la caída de los precios del petróleo en más de un 50% desde junio.
El fenómeno es una buena noticia para los países consumidores, pues reduce su factura energética, y un desafío para los productores.
Por su lado, el BCE anunció el jueves que comprará entre marzo de 2015 y septiembre de 2016 hasta 1,14 billones de deuda pública y privada, para estimular el crecimiento en una Eurozona empantanada y alejar el riesgo de la deflación.
En la línea de muchos líderes políticos de la Eurozona, empezando por la canciller alemana Angela Merkel, Coeuré advirtió que esta medida debe verse acompañada de reformas por parte de los gobiernos, y de inversión empresarial.
«Podemos hacer más fácil que se invierta, pero la gente tiene que invertir. Todo el mundo tiene un trabajo que hacer», dijo Coeuré.
«Entre el escaso crecimiento, el desempleo que se ha instalado, y la gente que hay fuera del mercado de trabajo, los cimientos del proyecto europeo están debilitados, y esto no puede durar mucho más», advirtió el francés.
Actuar rápido.
Joaquim Levy explicó que tras la incertidumbre reinante en su país el año pasado, por las elecciones presidenciales, el objetivo en 2015, un año de ajuste fiscal, es «reforzar la inversión».
«Durante algún tiempo nuestro crecimiento estuvo basado en el consumo. Pero ahora nos dirigimos a (un modelo más basado en) la inversión. Para eso se necesita confianza, y menos incertidumbre», añadió el ministro brasileño de Hacienda.
El ministro reiteró que la caída del petróleo, del que Brasil es el tercer productor de América Latina, le parece globalmente una buena noticia, pues abaratará los costes energéticos.
Kuroda, que como el BCE trabaja por sacar su país del estancamiento, estimó que Japón puede crecer un 2% en el año fiscal 2015 (a partir del 1 de abril), aunque advirtió que habrá que ser «pacientes» para ver el impacto de las reformas aplicadas.
Este último comentario no le gustó mucho a Zhu, quien hizo valer que el momento es ideal para acometer reformas de gran calado, aprovechando los bajos tipos de interés y la debilidad del yen (favorable para las exportaciones) y de los precios de la energía.
«Creo que no habría que ser tan pacientes», apostilló el director adjunto del FMI.