El ingeniero Pablo Yarull, asesor del Poder Ejecutivo en Aseo Urbano, pidió a los regidores del Ayuntamiento del Distrito Nacional aplicar multas y prisión para transeúntes, choferes y pasajeros que tiren basura en calles y contenes.
Apoyó al alcalde del Distrito Nacional, David Collado, por haber prohibido tirar basura en las vías de la Capital.
Explicó que esa práctica tiene un alto costo económico para el Estado y de salubridad en perjuicio de la salud de la población, y además afecta la imagen del país como destino turístico.

Dice Yarull que la prohibición de esta costumbre dañina para la salud de los munícipes capitaleños ha sido reiteradamente solicitada al Ayuntamiento del Distrito para que sea resolutada por la Sala de Regidores e imponiendo fuertes medidas, incluyendo multas y prisión para aquellos transeúntes o choferes y pasajeros de vehículos que sean sorprendidos arrojando todo tipo de desperdicios en las calles y contenes, “lo que representa una fea práctica que amenaza con la contaminación ambiental que afecta la salud humana, además de obstruir los imbornales y alcantarillas, lo que provoca las inundaciones que se originan en las principales vías cuando cae lluvia.

Para garantizar que esta medida prohibitiva sea rigurosamente efectiva se debe disponer en su resolución que sean incautados los vehículos de quienes sean sorprendidos arrojando desperdicios por las ventanas, y estos multados y sometidos a la justicia.

“Es una vergüenza ver esta práctica diariamente, que provoca que muchas calles estén prácticamente sucias”, manifestó.

Aconsejó al alcalde del Distrito Nacional que para que esta medida sea efectiva, se debe realizar una campaña de educación de limpieza por radio, periódicos y televisión, incluyendo un espacio de media hora por televisión, educando a la ciudadanía en este sentido y también distribuir en todo el territorio de la capital zafacones fijos en todas las esquinas y distribuir fundas para depositar los desechos a los dueños de taxis y de conchos que son los mayores promotores de esta mala práctica, a fin de que no tengan argumentos para evadir su responsabilidad.