El ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina, hace hoy 54 años, cambió el curso de la historia de la República Dominicana y abrió las compuertas a la democracia y de la libertad de las que disfruta hoy el pueblo, a juicio de los presidentes de la Comisión Nacional de Efemérides Patrias, Juan Daniel Balcácer; del Museo Memorial de la Resistencia, Luisa de Peña y de la Fundación 30 de Mayo, Eduardo Díaz, así como el fundador del movimiento 14 de Junio, Julio Escoto Santana.

De Peña, Díaz y Santana coincidieron en lamentar que ninguno de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el despotismo han sido investigados y traducidos sus autores ante los tribunales. Consideraron como tarea pendiente la creación de una Comisión de la Verdad, en la que el Estado reconozca el asesinato de miles de ciudadanos, se identifiquen a los desaparecidos y se juzgue a los culpables.

A juicio del historiador Balcácer, el hecho político del 30 de Mayo de 1961 fue un acontecimiento trascendental para la sociedad dominicana porque se terminó con aquella dictadura horrenda que marcó para siempre el alma colectiva de la nación; han sido suficientes para que el pueblo se haya acostumbrado a vivir en democracia.