“Lo he perdido todo, menos la esperanza y la fe, y creo en Dios y en mi país. Esa es la realidad. A trabajar, es lo que me toca”, expresó el agroempresario Osmar Benítez al contar sobre los destrozos que causó el huracán Irma en su finca de plátanos, cuyas pérdidas estima en más de RD$22 millones.
Recuerda que en el 2015 “me tocó un tornado que destruyó el 50% de la finca y perdí RD$12 millones. Reparé los daños y en un año y medio estoy produciendo 210 mil plátanos semanales”.
Irma derribó el 95% de las matas de plátano en producción de la finca de 1,200 tareas, ubicada en La Canela, de Santiago. Los vientos también afectaron a sus vecinos que tenían plátanos.
Benítez dice que tiene renovar la finca para cumplir con Frito Lay Dominicana, con la que tiene un contrato de venta de sus plátanos desde hace 16 años, y que envió sus técnicos a evaluar.
Señala que ha recibido la solidaridad de muchos amigos, algunos hasta ofreciéndole dinero prestado para rehabilitar la finca. “Al otro día del huracán llegaron a mi finca técnicos del Ministerio de Agricultura a hacer una evaluación y a las 12:00 del mediodía del día siguiente llegaron los técnicos de Agrodosa a hacer lo mismo”.
“Valoro mucho eso, precisa Benítez. Esa reacción rápida, es muy importante para un agricultor que ha sido afectado por un huracán. Con el viento ahora se cayó la producción. Ahora hay que hablar con los bancos y el cliente para que nos den un chance hasta recuperar la finca y ponerla a producir de nuevo, que se tomaría unos 8 meses”, dice Benítez, vicepresidente ejecutivo de la Junta Agroempresarial Dominicana, que lamenta que mucha gente se va a quedar sin trabajo por falta de plátano.