PISA ¿Medir o acusar?

PISA ¿Medir o acusar?

El informe PISA tiene como objetivo medir los avances educativos en los jóvenes de 15 años de los países participantes. A diferencia de otros análisis similares, en este no todos los países participan, y la República Dominicana debutó este año, partiendo de la evaluación hecha en el período marzo-abril 2015.
En muchos países, los resultados se toman como una referencia que evalúa mucho el sistema antes que a los jóvenes, y se asume como una alarma para hacer los ajustes que correspondan, midiendo los avances o retrocesos vis a vis el propio desempeño, situando los resultados en un plano competitivo. La educación debería ser un tema al margen de la discusión político-electoral; en algunos casos, no pueden evitar politizar el resultado.
Hay países en el cual las estadísticas se usan como acusación para el gobierno de turno, sea porque se ha perdido un escalón en la comparación internacional, o porque la medición ha retrocedido algunos puntos en relación a periodos anteriores. En este caso, a partir de los argumentos utilizados, esto no termina juzgando un método educativo, sino a la misma clase política.
Si gobierno y oposición aprovechan para debatir contenidos, métodos o calidad en la asignación de los recursos, la nota de la clase política sería buena. Si en cambio, es un ejercicio de acusación y justificaciones… pues sería justo concluir que en ese país hay un retroceso educativo grave. Nada mejor para medir una sociedad que mirar los argumentos de sus políticos y la cantidad de población de sus cárceles. En ambas cosas andamos mal.
En las pruebas PISA, para RD no hay medición previa; y el resultado obtenido, peor que mediocre, recoge el resultado de políticas aplicadas en años anteriores, previos al 4%.
Este resultado es una herramienta para cuantificar en el futuro el avance relativo al mirarnos contra el 2015, al tiempo que nos permitirá evaluar cuánto queda para alcanzar otros países.
Si queremos ver cómo deberíamos tomar la educación y no sólo el resultado, vale la pena ver la reflexión que escribió el exministro de Educación de Costa Rica, Leonardo Garnier Rímolo, el 11 de diciembre a las 21:57 en su cuenta de Facebook:
“El objetivo de los comedores escolares (…) no es meramente nutricional, es educativo en el sentido más amplio del término. El ejemplo de Japón es notable:
La razón por la que los almuerzos escolares reciben tanta atención es que en Japón son considerados parte del plan de estudios de la escuela pública, un aspecto del crecimiento personal que significa algo más que una nutrición estable.
Japón es famoso en todo el mundo por la alta calidad de sus almuerzos escolares. Más allá de inculcar buenos hábitos alimenticios y una apreciación de los alimentos sanos, el programa de almuerzo escolar de Japón subraya la importancia de la comunidad al hacer que los estudiantes participen con servir la comida y con la limpieza, y que los niños comprendan sus responsabilidades dentro del grupo”.
Me falta espacio para sugerir lo que creo que significa esto. Como la prueba PISA mide la lectura comprensiva, creo que estas pocas palabras sirven para que cada quien compare lo dicho por el exministro citado…, y cómo algunos están asumiendo el tema educativo en nuestro país.

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