Placer de fumar

Placer de fumar

Los aficionados del cine de la década de los cincuenta del pasado siglo XX recordamos “El último cuplé”, en donde se exhibía a la actriz española Sara Montiel de voz dulce, reforzada con un bello rostro, cantando aquellos versos de Félix Garzó que decían: “Fumar es un placer/ genial, sensual./ Fumando espero/ al hombre que yo quiero,/ tras los cristales/ de alegres ventanales./ Mientras fumo,/ mi vida no consumo/ porque flotando el humo/ me suelo adormecer…”.

Sin duda que la industria tabacalera explotó al máximo la amplia promoción del uso del tabaco en las mujeres, lo que contribuiría medio siglo después a igualar en ambos géneros la incidencia de cáncer de pulmón. Ante la imposibilidad de negar el efecto nocivo del fumar se acude a la modalidad del cigarrillo electrónico con el cual los usuarios inhalan nicotina pura.

Sin embargo, las estadísticas sanitarias no auguran cosa buena para la salud de las personas que mantienen el hábito de fumar. En el año 2012 el 88% de los nuevos usuarios de cocaína comprendidos entre las edades de 18 y 34 años resultaron ser ya fumadores de cigarrillo. La doctora Denise Kandel, jefa del Departamento de Epidemiología de Sustancias Prohibidas del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York, ha elaborado una tesis en donde se postula que la juventud se envuelve dentro del mundo de las drogas por etapas, y de manera secuencial.

Ella mostró que en los Estados Unidos y otras naciones del Hemisferio Occidental los drogadictos empiezan utilizando sustancias legales, para luego progresar al uso de productos ilegales. Se comprueba que la puerta de entrada al mundo de estimulantes prohibidos como la cocaína viene a ser la nicotina. Un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia llevó a cabo un experimento molecular en ratas, en el que demostraron cómo la nicotina condiciona la memoria de estos animales, haciéndolos más propensos a tornarse adictos a la cocaína.

El valor del trabajo científico radica en el hecho de que una inferencia matemática previa encuentra un soporte biológico nanotecnológico complementario. El interesante estudio aparece publicado en la edición del 4 de septiembre de 2014 de la Revista Médica The New England Journal of Medicine. Probablemente la impotencia de las autoridades gubernamentales les lleva a darle carácter legal a algo que antes constituía un delito.

La medida permite establecer impuestos que mejoran las finanzas estatales. El daño a la salud individual y colectiva parece ser menor que el costo para enfrentar la creciente epidemia de drogadictos a escala mundial. La panorámica futura es poco halagüeña desde una perspectiva tendente a reducir el consumo de estupefacientes en las venideras generaciones jóvenes occidentales.

Lo triste, penoso y doloroso de la situación que se proyecta en el horizonte es la de una sociedad humana con presencia cada día mayor de hombres y mujeres esclavos de la adicción.

Para ese entonces el fumar habrá dejado de ser el placer genial y sensual para convertirse en el pórtico de la inseguridad, el crimen organizado y una gran epidemia de muertes violentas. Es mejor enfrentar el mal menor de hoy que sucumbir ante la pandemia de mañana.

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