Los planes de pago han ayudado a los compradores a pagar grandes compras desde fines del siglo XIX y todavía están disponibles para artículos caros como automóviles y teléfonos inteligentes. Pero para postergar el pago de una camiseta y un par de jeans, era necesario una tarjeta de crédito.
Ahora, varias startups de tecnología financiera también están permitiendo pagar a plazo las compras pequeñas. A principios de este año, la australiana Afterpay comenzó a ofrecer pagos en cuotas en Estados Unidos, uniéndose a Affirm, una startup de San Francisco lanzada por el cofundador de PayPal, Max Levchin.
Square anunció su propio plan de cuotas en octubre, al igual que la empresa de pagos sueca Klarna, que se asoció con H&M para ofrecer servicios en 14 mercados que no mencionó. Affirm y Afterpay dicen que están apuntando a compradores millenial para llenar un vacío entre las tarjetas de crédito y el crédito de las tiendas, que requiere mucho papeleo y una sólida calificación crediticia.
Tal vez conscientes de la nueva competencia, las empresas establecidas como Discover advierten que estos nuevos actores podrían tener problemas si la economía empeora y los incumplimientos aumentan.
Los consumidores hacen su solicitud en línea o mediante una aplicación y saben si han sido aprobados en segundos. Si desean pagar en cuotas, hacen clic en un botón al finalizar la compra en los sitios web de los minoristas adheridos. Cotton On, que vende ropa barata, comenzó a ofrecer cuotas en Estados Unidos a través de Afterpay en agosto.
El jefe de comercio electrónico, Brendan Sweeney, dice que el 20 por ciento de los compradores ya están usando la función que divide las facturas en cuatro partes iguales distribuidas en seis semanas y no cobra intereses. «Estaba un poco escéptico de que habría un mercado para las personas interesadas en cuotas, pero claramente lo hay», dice. «Hemos visto una notable captación de clientes millennial». Sweeney dice que los compradores gastan US$50 en promedio por compra.
Afterpay Touch Group Ltd. se hizo popular rápidamente con los millennials australianos, muchos de los cuales abandonaron las tarjetas de crédito después de la recesión de 2008. El fundador Nick Molnar era un adolescente cuando se produjo la crisis y comprendió intuitivamente que sus contemporáneos se acercarían al crédito de manera diferente que sus antepasados.
La compañía no cobra intereses, en su lugar cobra al minorista una tarifa de hasta el 6 por ciento de una venta. Afterpay trabaja con 20.000 comercios en todo el mundo, incluyendo ahora 1.000 en línea en EE.UU., donde la empresa tiene acuerdos con Urban Outfitters, Anthropologie y Free People.
Sobre la base de su reciente desempeño mensual, Afterpay dice que tiene una tasa global de ventas de más de US$3.000 millones al año. Afterpay está apostando a que los millennials estadounidenses estarán tan interesados en su servicio como sus homólogos australianos. La compañía dice que el 65 por ciento de esta población en EE.UU. no tiene una tarjeta de crédito, tiene un promedio de 30 años y curiosidad sobre el uso de cuotas para pagar los bienes.
Leslie Parrish, analista senior del investigador Aite Group, dice que la simplicidad de las cuotas es la base del atractivo. «Usted sabe exactamente cuándo pagará ese préstamo», dice ella. «Eso le da más disciplina».
Affirm Inc. emitió más de US$1.000 millones en préstamos el año pasado, y espera duplicarlos este año. Fundada en 2012, la compañía dice que trabaja con más de 1.300 comercios, incluidos Peloton, los colchones Casper y el gigante de viajes Expedia. Affirm cobra a los minoristas una tarifa o interés a los consumidores, que puede ser de hasta el 20 por ciento.
Los clientes habituales, que han demostrado que pueden pagar los préstamos, suelen pagar intereses más bajos. Los que incumplen pueden ser rechazados la próxima vez. Estas nuevas empresas están ingresando al mercado de las finanzas del consumidor, incluso cuando los actores tradicionales se retiran por temor frente a los crecientes incumplimientos.
Affirm y Afterpay generalmente aprueban a más del 80 por ciento de los solicitantes, en comparación con el 50 por ciento del crédito de las tiendas. Discover, uno de los más grandes actores en finanzas de consumo, se ha enfocado en las ofertas de los prestamistas en línea y advirtió que carecen de la experiencia para operar durante una recesión.
Afterpay y Affirm restan importancia a esas preocupaciones, argumentando que su tecnología analiza cientos de variables, incluso la rapidez con que una persona está escribiendo, para determinar la solvencia crediticia.