Pocos presidentes de partidos han alcanzado la Presidencia de la República

Pocos presidentes de partidos han alcanzado la Presidencia de la República

Mucha gente no se ha detenido a pensar que la mayoría de los jefes de Estado que ha tenido la República Dominicana, a partir de la caída de la dictadura trujillista en el año 1961 no eran presidentes de sus partidos.
Solo el profesor Juan Bosch en 1962 por el Partido Revolucionario Dominicano, y el Dr. Joaquín Balaguer por el Partido Reformista en el 1966 lograron alcanzar el poder siendo en esos momentos presidentes de sus respectivos partidos. Leonel Fernández, luego de la desaparición de Bosch, presidente y fundador del Partido de la Liberación Dominicana, fue escogido en esa posición. Pero cuando alcanzó el poder por primera vez en el año 1996, no era presidente de su partido. Aunque las dos veces posteriores si lo era.
Si revisamos los jefes de Estado que hemos tenido a partir del 1962, veremos que aparte de los mencionados más arriba, ninguno de los demás presidentes de la República ostentaba concomitantemente la presidencia de sus respectivos partidos.
Me refiero a don Antonio Guzmán, presidente de República en el período 1978-82; Salvador Jorge Blanco entre 1982-86; Hipólito Mejía en el período 2000-2004, y Danilo Medina a partir del 2012. Todos eran dirigentes importantes de sus respectivos partidos, pero ninguno presidente de sus organizaciones al momento de ser candidatos o presidentes.
La lectura que se le podría dar a este dato es que muchas veces los dirigentes políticos se desgastan en las luchas internas para alcanzar la posición cimera de su organización, para desde allí tratar de asegurar las posibilidades de su candidatura. Pero la historia ha demostrado que eso no necesariamente les garantiza posibilidades algunas de lograr objetivos posteriores de ser, en algunos casos candidatos, y en otros presidentes de la República. Es más, en muchos casos, esos procesos en vez de ayudarlos a lograr sus objetivos, motivado por la dinámica o fragor de las luchas internas, se producen laceraciones que provocan enfriamientos, distanciamientos, y hasta zancadillas. Porque actúan como reflejos condicionados. Que algunos incluso, definen o interpretados como parte de la misma naturaleza política o humana.
Porque lamentablemente, en los procesos de lucha internos se tocan aspectos que hacen que esas laceraciones sean difíciles de curar en el tiempo en que se desarrollan las actividades de campañas electorales, y en vez de contribuir positivamente, los resultados terminan siendo negativos, ya que muchas veces dificultan la cohesión y armonía necesarias para actuar como un solo cuerpo, dándole cabida a los disgustos y las fragmentaciones.
Muchos presidentes de partidos políticos se han postulado a la presidencia de la República, o han luchado por lograr las candidaturas presidenciales, sin lograrlo. Algunos de ellos, luego de los procesos electorales se han diluido. Solo los que de hecho eran o son jefes de sus organizaciones, se han mantenido activamente en la vida política.
Tal vez comprendiendo ese fenómeno, en los partidos se han empezado a experimentar ciertos cambios. Ahora los líderes o jefes, no necesariamente son presidentes o secretarios generales.

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