Tras la ampliación del canal de Panamá, compañías exportadoras e importadores podrán reducir hasta en un 30 por ciento los costos de transporte.
“El beneficio será para quienes lleven su producción a Europa estando en el Pacífico, o a los que lleven a Sudamérica o Asia estando en el este de México y para los importadores en la misma lógica, como habrá mayor capacidad en barcos, los costos pueden ser hasta 30 por ciento más bajos que si fuera terrestre”, calculó para el diario El Financiero Luis Enrique Zavala, director general de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana.
Los sectores que más participan en la importación y exportación, susceptibles de utilizar el Canal son el automotriz, el farmacéutico, electrodoméstico, y petroquímico, los cuales han crecido y tienen expectativas de mantener la tendencia positiva hacia 2020.
Carlos Chuljak, presidente de la Asociación Panameña de Agencias de Carga, explicó que la ampliación del canal centroamericano permite que el flujo de barcos aumente, pero además ahora pueden cruzar del océano Atlántico al Pacífico navíos prácticamente el doble de grandes.
Antes solo podían cruzar buques de 6 mil contenedores y ahora lo pueden hacer aquellos con capacidad de hasta 14 mil.
“Como habrá barcos más grandes, habrá más eficiencia. Desde 2011, las grandes navieras tendieron a construir megabuques, los cuales han tirado el precio de los fletes, la industria ha cambiado en beneficio de los usuarios», aseguró Chuljak para el diario El Financiero.
Si una empresa está ubicada al este de México y requiere exportar su producción a Hong Kong, antes tenía que realizar un flete terrestre de 600 dólares para cruzar el país por tierra hasta un puerto en el Pacífico, de ahí tenía que tomar una naviera que fuera a su destino por otros 600 dólares.
Con la ampliación del Canal, la misma empresa puede mandar su producción a un puerto en el Golfo de México y de ahí tomar una naviera que use el canal y viaje a Hong Kong a un precio de 800 dólares, explicó Chuljak.
La ampliación del Canal de Panamá se realizó con una inversión de más de 5 mil millones de dólares, el doble de lo estimado inicialmente, y fue puesto en operación el 26 de junio.
El nuevo ‘atajo’ para no rodear los 13 mil kilómetros de Sudamérica tiene un sistema de esclusas 2.5 veces más grandes, que el anterior, inaugurado en 1914.
Originalmente, los barcos tenían que entrar a unas esclusas o presas de 33.5 metros de ancho por 304 metros de largo. Estas conforman un sistema que hace que los barcos asciendan o desciendan 25 metros y evitan que se mezcle el agua salada de los océanos Atlántico y Pacífico con el agua dulce del lago Gatún, para que las corrientes no dificulten la navegación.
El nuevo canal, construido a un costado del original, permite que un barco de 13 mil contenedores que llega a la primera presa suba ocho metros en tres minutos. Debe cruzar un total de seis esclusas. Para un barco Panamax, es decir, aquellos que podían pasar a través del canal no ampliado y de 100 mil toneladas, se requerían 240 millones de litros de agua, mientras que para los postPanamax, los cuales son prácticamente del doble de tamaño, se requieren 500 millones de litros de agua.