Dos Estados que comparten una isla no tienen más camino que procurar entenderse para provecho mutuo. Deben sintonizar las voluntades para solucionar unidos los problemas comunes a sus intereses y evitar que prosperen campañas aviesas dirigidas a agudizar discrepancias. En ese contexto, entusiasma saber que en las últimas horas la diplomacia bilateral ha logrado aminorar las tensiones surgidas entre la República Dominicana y Haití por incidentes que han comprometido la seguridad de la embajada y consulados dominicanos en Haití, así como la de los transportistas criollos que frecuentemente movilizan mercancías hacia el vecino país, y cuyas operaciones estuvieron paralizadas.

El intercambio comercial entre la República Dominicana y Haití tiene gran influencia en las dos economías, y todo lo que pueda entorpecerlo afectará negativamente a empresas binacionales cuya vida depende de ese intercambio. La sintonía de voluntades, por la vía diplomática, ha permitido destrabar el acarreo de mercancías por vía terrestre. Las autoridades haitianas se han comprometido a mantener la seguridad en un corredor terrestre con esos fines, y lo más conveniente y juicioso es que esa promesa se cumpla. Los Estados dominicano y haitiano, sin merma de sus respectivas soberanías, están llamados a entenderse y sacarle provecho mutuo a la atadura insular.

USO EXCESIVO DE LA FUERZA 

La Policía Nacional tiene que poner más énfasis en adiestrar a su personal para que evite el uso innecesario o excesivo de las armas. El viernes, en el sector capitalino de Villa Consuelo, una patrulla mató a Joelín Enmanuel Inoa, de 16 años, que iba como pasajero de un motoconcho. La patrulla alega que disparó porque el conductor de la moto, Jefferson Díaz, habría desobedecido una orden de alto. En Santiago, el pasado miércoles, en circunstancias parecidas, fue muerto por otra patrulla José Manuel García Espinal, de 18 años, y herido Jonathan Rodríguez, de 15.

Aunque ambas patrullas están bajo arresto y la jefatura policial ordenó sendas investigaciones, hay que trabajar para disuadir la ligereza en el uso de las armas por los policías. La autoridad no puede disponer de las vidas de las personas con tanta facilidad.