Por el crédito de la cirugía estética

Por el crédito de la cirugía estética

Algunas buenas cirugías estéticas hechas aquí para realzar atributos femeninos acreditaron al país en el exterior y crearon un mercado de demanda. Del mismo modo, malas cirugías que han degenerado en complicaciones y muerte, son el motor de una campaña internacional de advertencia contra malas prácticas médicas en esa especialidad. Es un argumento infeliz ese que atribuye a esa campaña una intención maliciosa contra la cirugía estética que se practica en el país.

La fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, está alarmada por el incremento del número de querellas por mala práctica en esta especialidad presentadas en la dependencia a su cargo. El doctor Severo Mercedes Acosta, director de la Escuela Nacional de Cirugía Plástica, Reconstructiva y Estética del Hospital Salvador Gautier, afirma que en el país hay más de 300 médicos no especializados haciendo cirugías plásticas sin tener conocimiento y en ambientes inapropiados.

En esa virtud, procede que el Ministerio de Salud Pública y el Colegio Médico Dominicano intervenga en el asunto para frenar a quienes incursionan en cirugía estética sin estar especializados. Creemos que los cirujanos debidamente acreditados en esta materia deben contribuir a esa depuración, para bien de su propio ejercicio. Estamos hablando de vidas humanas.

CATEOS POLICIALES A OSCURAS

La jefatura de la Policía canceló a los dos policías que agredieron en Santiago a la ex reina de belleza Carlina Durán y su novio Ariel Sing. Sin embargo, no creemos que ese despido sea lo suficiente como para que los policías descontinúen la práctica frecuente de detener a ciudadanos en lugares oscuros. Los agentes reaccionaron con brutalidad porque la pareja, por razones de seguridad, no accedió a detenerse en el lugar sospechosamente oscuro, donde la patrulla pretendía que se detuvieran.

Este caso, que no es aislado, debe motivar a la jefatura de la Policía para adoptar medidas más profundas, con el fin de hacer que cese esta práctica que tiene finalidades fuera del marco del deber de los policías. En esta ocasión, el caso se conoce por la ascendencia social de las víctimas, pero son muchos los ciudadanos “de a pie” que han pasado y callado esta lamentable situación. Hay que acabar con eso.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas