Después de siete años en espera de que le entreguen su acta de nacimiento, Jonathan Gabriel Mojica Guzmán se enfrenta a la decepcionante noticia de que en la segunda circunscripción de San Cristóbal extraviaron los documentos que debían enviar a la Junta Central Electoral (JCE) y en su defecto remitieron copias pedidas a la parte interesada y que resultan inútiles.
El joven de 24 años fue inscrito en un libro del año anterior al que nació y el lugar en el que le correspondía el asentamiento fue dejado en blanco. La situación salió a flote cuando acudió a solicitar su cédula para inscribirse en la universidad. No pudo hacerlo ni conseguir trabajo formal.
Ahora, cuatro meses después de que un tribunal falló a su favor y de que la jueza Asabia Javier le prometiera a su padre, Damián Mojica, que en tres meses obtendría la partida de nacimiento que lo sacaría de la muerte civil, el departamento de declaración tardía de la JCE no puede proceder, porque no trabaja con copias.
“Cuando volví donde la jueza a reclamar me pusieron a mí mismo a buscar en una montaña de folders a ver si encontraba los originales. Estoy impotente frente a esto, desesperado y mi hijo y toda mi familia también”, expresa el atribulado progenitor.
Dice que aunque la secretaria del tribunal María Estrella (Mery) le pidió copias de los documentos jamás pensó que era para remitirlas a la Junta, puesto que nunca había oído de algo así.
Por esto insta a la jueza Javier poner atención a su personal, porque no todos hacen el trabajo como están obligados y provocan que las vidas de otros se conviertan en un caos. “¿Cómo es posible que esto ocurra en un tribunal, que nadie le dé seguimiento a este tipo de cosas?”.
“En la oficina de la JCE de la avenida Luperón, en la capital, que es donde está el departamento de declaración tardía, me dijeron que el mensajero no solo entregó copias, sino que ni siquiera esperó el acuse de recibo”, manifiesta.
Agradece la solidaridad de la defensora del Pueblo, Zoila Martínez y le solicita que mantenga su apoyo para resolver el problema que tiene en el limbo a su hijo y a sus dos nietos, que tampoco han podido ser declarados ante la falta de documentos del padre.