Por qué en realidad los conejos no se reproducen como conejos

Por qué en realidad los conejos no se reproducen como conejos

Los conejos tienen una reputación que ni la realidad puede arruinar.

Reputación: los conejos se reproducen sin pausa. Son una peste.

Realidad: no siempre es el caso, sobre todo en la naturaleza. En su hogar ancestral, en la península Ibérica, el conejo europeo está amenazado de extinción.

Cuando se trata de reproducción, los conejos se destacan por su reputación. ¿Merecida? Bueno, sí y no.

Es cierto que los conejos tienen una serie de adaptaciones que les permiten multiplicarse con gran facilidad.

El conejo europeo, por ejemplo, se vuelve sexualmente activo a los tres o cuatro meses de edad. Las hembras ovulan en respuesta a la cópula, con lo cual la época del mes es irrelevante.

Además, las hembras pueden embarazarse apenas dan a luz.

Los conejos pueden mantener este ritmo reproductivo frenético siempre y cuando las condiciones lo permitan. En teoría, una hembra puede tener cientos de conejos por año.

Sin embargo, en la práctica, los conejos nunca llegan a este nivel de fecundidad. No en cautiverio y menos aún en la naturaleza.

Diana Bell es zoóloga de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, y miembro del grupo especializado en lagomorfos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Desde la década de los 80, ella y sus colegas estudian la situación de una población de conejos europeos.