¿Por qué fracasa el emprendedor dominicano?

¿Por qué fracasa el emprendedor dominicano?

David Díaz.

Para nadie es un secreto que la economía mundial se mantiene en constante fluctuación, mientras unas economías emergen otras se deterioran cada vez más, esto se traduce en un sin número de consecuencias entre estas la inestabilidad de los empleos en diferentes industrias, pareciera que hoy en día no importa que tan preparado o capacitado se este, sino más bien, que es lo mínimo que uno pudiera cobrar para desarrollar una función, en nuestro país esto se estila bastante lo que ha desarrollado la emergencia del emprendedor dominicano todos hemos escuchado la frase “uno no puede vivir con un sueldito” por lo que muchos de los dominicanos aparte de tener un empleo de 9 a 5, también tienen “su negocito”.

Según cifras del 2016 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) un  48.4% de los dominicanos trabaja en el sector informal, cifra que se asemeja bastante a la media de 43.3% de los 18 países de América Latina. No obstante a esto un 90% de los proyectos informales fracasan. Existen diferentes razones por las que estos negocios fracasan, entre las principales está el hecho de que la cultura chabacana del dominicano no le permite tomar su  negocio en serio, lo que en consecuencia hace que el mismo no tenga una estrategia para su negocio, o en su defecto no aplicamos el modelo de negocio apropiado desconociendo quien es nuestra audiencia de una forma definida.

Otros buscan sacar la mayor ventaja con precios incongruentes con el mercado o hasta timan con productos o servicios que no funcionan, esta tendencia le ha restado credibilidad a los negocios informales. Solamente cuando entendamos que en los negocios deben ganar ambas partes, entonces los proyectos independientes podrán cobrar más credibilidad, hay que deshacerse de la mentalidad de que para yo ganar, el otro debe perder, es hora de pensar ¿Qué beneficio le puedo brindar a mí contra parte? Hay que aprender a vender no a ganar, hay que entender el concepto de valor y no de precio para apreciar que los negocios serán sostenibles cuando alcancemos la expectativa del cliente.

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