Por un disfrute prudente, sobrio

Por un  disfrute prudente, sobrio

Contrario a la más sana prédica acerca del significado de la Navidad, son muchos los que aprovechan la época para perder el balance espiritual y diluir en alcohol los vestigios de cordura. Año por año ocurren por esta causa desgarradoras tragedias que enlutan a la familia, ese núcleo social cada vez más debilitado. Para estos tiempos deberíamos reflexionar en que el gozo no puede estar en lo que, precisamente, es causante de dolor, enemistad y disolución de los lazos más sanos.

Aconsejamos que a la hora del disfrute, la moderación y la prudencia, el sentido de unidad y confraternidad, sean quienes conduzcan nuestros actos. Si se ha de beber, que sea con responsabilidad y resguardando la sobriedad necesaria. Si se ha de conducir que sea en pleno dominio de las facultades que nos permiten llegar a destino sin percances propios y para los demás. Algunos festejos terminan en dramas tristes por los desatinos que se cometen en el disfrute excesivo, en la euforia inducida por el estímulo del alcohol.

Para celebrar la Nochebuena, júntese con los suyos, sus familiares y amigos, y disfrute sin desafiar los linderos que separan cordura y temeridad. Concédase el privilegio de saber gozar dentro de los límites seguros que garantiza la moderación. Vale la pena demostrarse a sí mismo que se es capaz de una reflexión provechosa. Feliz Navidad.

AUTOCRÍTCA PARA REAVIVAR LA FE 

El papa Francisco, el primer latinoamericano que llega a las alturas de Roma, además del don del origen tiene el de la valentía. En esta ocasión, en su mensaje a la humanidad por la Navidad, ha sacado a relucir algunas artes indignas -enfermedades, las definió él- que atribuye a miembros de la curia romana, una jerarquía eclesiástica a la que acusa de vivir en rivalidad, chismes, “Alzheimer espiritual”, esquizofrenia existencial y hasta falta de humor, entre otras cosas.

Para una Iglesia perjudicada por el abuso sexual y otras bellaquerías cometidas por malos sacerdotes, este foetazo de Francisco sobre la curia viene a ser un estímulo para revivir la fe debilitada. La feligresía católica tiene ante sí a un pastor que no teme sacar la basura de debajo de la alfombra de la propia casa. Enhorabuena por tanta franqueza en un mensaje de Navidad.

 

 

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