Por un rescate petromacorisano

Por un rescate petromacorisano

Recorrer en la actualidad las calles de San Pedro de Macorís, repletas de vehículos y peatones, uno se da cuenta del dinamismo de la ciudad impulsado por sus empresas de zona franca, sus destilerías, ingenios azucareros y por la emblemática Universidad Central del Este.

Pero el activo más importante de la zona petromacorisana es su pléyade de jóvenes que se han dedicado a los deportes en especial el béisbol. Muchos de ellos han impuesto su calidad y dominicanidad en las Grandes Ligas, siendo reconocidos por actuaciones que han pasado a los libros de récords y son orgullo, no solo de San Pedro de Macorís, sino del país.

Pero San Pedro de Macorís es cuna de la cultura, que desde el inicio del siglo XX le regaló al país y al mundo intelectuales que ofrecieron sus aportes, tanto en las letras como en la música, perteneciendo al tesoro dominicano de las bellas artes.

Cañas y Bueyes, de Francisco Moscoso Puello, es uno de los ejemplos más notables de la cultura macorisana. Es una obra que, aun cuando Moscoso Puello había nacido en la capital, hizo de Macorís su patria chica, y como tal se consideró como el más rancio de los serie 23. El Terrateniente de Manuel Amiama es una de las mejores obras sobre la caña que retrata una época de esplendor y de miserias de Macorís desde 1916 hasta 1921. Como la Over del malogrado Ramón Marrero Aristy.

Por igual, se encuentra Gastón Fernando Deligne, un sensible poeta que terminó con su vida, entristecido por la enfermedad de su hermano Rafael. La familia Amiama, con Luis y Fernando, es ejemplo de una cultura y una vocación de servicio. Al igual que el profesor Bienvenido Bustamante, un destacado músico de sólida cultura musical reflejada en la calidad de sus composiciones musicales.

La provincia de San Pedro de Macorís es uno de los puntales del turismo dominicano, en particular por el actual desarrollo que se impulsa en Juan Dolio con el boom del turismo inmobiliario de apartamentos. Hay decenas de apartamentos que se han convertido en inversiones para los que desean un sitio de descanso en una bella playa y la vez lo realizan como inversión. El número de habitaciones hoteleras de Juan Dolio, Guayacanes y Nueva Romana constituyen una buena señal del futuro turístico de la región que se complementa al desarrollo industrial con su fábrica de cemento, sus ingenios azucareros, sus destilerías de ron e industrias de zona franca y parques de generación de energía.

Es bueno señalar que los primeros vuelos internacionales de la Pan American llegaron al puerto de Macorís en modernos hidroaviones de la década del 20 y del 30 del siglo pasado, y que por varios años el río Higuamo era el punto de aterrizaje y despegue para esos vuelos anfibios hasta mediados de la década del 30.

En la primera década del siglo XX eran famosas las celebraciones de los carnavales. En la actividad del día de San Pedro el 29 de junio de 1903, un colono cañero del ingenio Porvenir llamado José Escarramán Tutumpoten preparó una locomotora con sus vagones como carrozas, y con alegres participantes marcharon por las vías férreas que atravesaban las calles del pueblo. De seguro que la palabra Tutumpote, tan de moda en aquellas inolvidables charlas radiales del profesor Juan Bosch en 1962, tuvo su origen en ese señor macorisano en su peculiar conducta regional.

Sin embargo, hay un inconveniente que empaña el esfuerzo de las gentes macorisanas, y es que la ciudad, pese a su extensión y continua expansión, está descuidada, que aun cuando no hay basura en las calles, se percibe un descuido en la limpieza de ellas y de las fachadas de las edificaciones carentes de pintura reciente, las espléndidas condiciones actuales de su catedral recién remodelada sobresale en el entorno céntrico de la ciudad con muchas edificaciones descuidadas que una vez fueron imponentes ejemplos de prosperidad.

Se impone una acción mancomunada de las fuerzas vivas macorisanas para devolverle la limpieza y belleza a su ciudad para que se equipare al estado de limpieza y atracción de La Romana, Moca, La Vega, Baní y San Juan.

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