Por una mejor nación

Por una mejor nación

Un “eslogan” difundido por la Cervecería Nacional Dominicana y la familia León Jimenes reza: “por una mejor nación”. La popularidad que ha ganado esta frase no puede ser explicada por los técnicos publicitarios. Una vez creada y “colocada” en los medios de comunicación, echó a andar como una bicicleta motorizada. Ha corrido tan velozmente, que no parece depender de los pedales mecánicos de la propaganda. Algo previo había en las cabezas de los ciudadanos que los inclinaba a identificarse con la esperanza “por una mejor nación”. Parece que ya son muchos los dominicanos que sueñan con tener un país más justo y mejor gobernado.

Pedro Henríquez Ureña afirmaba que “la intelección de la idea nacional” en la RD fue un “proceso” que abarcó desde 1820 hasta 1865; en ese período, que cubre la Independencia Efímera (1821) y la Restauración de la República (1865) empezamos a sentirnos “distintos” de los pueblos que nos dieron origen. Tras una “vividura” histórica de más de tres siglos, no sentíamos ser españoles, ni franceses, ni africanos, ni tainos Ese sentimiento inicial de diferenciación nos llevó a pelear con negros y blancos por nuestra independencia política y administrativa. Como dice Pedro Henríquez, se trata de un “proceso” que continua desarrollándose a través del tiempo, que se depura y perfecciona.

A ello contribuyen: el crecimiento de la población, la complejidad de la economía, la educación generalizada, la “conexión con el mundo”. Hay “grados de realidad” en eso de ser nación. Se puede ser más o ser menos nación… en el camino de llegar hasta la plenitud. Es probable que la sociedad dominicana haya alcanzado un punto en que ya no quiera seguir viviendo como hasta ahora. Hemos pasado por Santana, Báez, Lilís, Trujillo; y a partir de 1961, por unas experiencias democráticas decepcionantes en algunos aspectos fundamentales.

En medio del actual desorden mundial –político, económico, moral-, se fortalece la idea de que los pequeños países podrían llegar a tener “una mejor nación”, si sus habitantes lo quisieran con energía y persistencia. Me parece que el primer requisito es no tener miedo a defenderse activamente de las agresiones internacionales. ¿Estará incubándose en los senos de nuestra sociedad un nuevo liderazgo capaz de perfeccionar la nación?

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