Porque nosotras sí merecemos lo que exigimos

Porque nosotras sí merecemos lo que exigimos

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Ayer despertamos con un anuncio que nos sacudió. “La verdad es que mereces una compañía que te dé lo que exiges”, decía el arte mientras nos presentaba a un señor mayor junto a una chica muchísimo más joven que él. Bien vestidos, él muestra un aire arrogante y ella una sonrisa de esas que parecen prestadas.
La imagen obligaba a pensar, por más que en otro arte nos decían que “abajo los prejuicios”, en el cruel mercado de la carne en el que nadie vale nada porque al final ambos son poco más que algo de usar y tirar: ella como un instrumento de placer y él como una tarjeta de débito.
Así las cosas, luego aparecieron otros artes que empeoraron el panorama: una chica alegre y con el torso desnudo sobre los hombros de un chico “Porque el tamaño sí importa” y un travesti con su saco y corbata en la mano porque “La verdad es que quiero dar de qué hablar” (¿será un hombre que se viste de mujer porque nosotras somos las que damos de qué hablar o un travesti que disfruta siéndolo y no importa que hablen de él?).
Cada arte, dejando a un lado la intención de una campaña muy mal enfocada, es un insulto: a las mujeres, a los hombres y, de paso, a los travestis. ¿Hasta cuándo la publicidad va a agredirnos?
Las mujeres estamos cansadas de que nos presenten como una mercancía. Y sí, la compañía en cuestión (que no menciono adrede) tiene razón: nosotras merecemos lo que exigimos. Sin embargo, esa empresa está demasiado lejos de lo que exigimos: respeto y consideración. Es hora de tanto ellos como los publicistas sepan que estamos hartas de tanto machismo y tanta violencia. ¡Basta ya!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas