Porque somos más que señoras de guardar…

Porque somos más que señoras de guardar…

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Desde niña era un tanto “diferente”: odiaba jugar muñecas, la cocinita y casi todo lo que llamaban “cosas de niñas”. Mi color preferido siempre fue el azul y gozaba corriendo en mi motor y cargando lo que fuera con mi grúa y mi tractor.
El fogón y las tareas de la casa me han dado alergia toda la vida. Por ello, aposté al trabajo y decidí no depender de nadie: jamás se me ocurrió tener un proveedor, un marido, que haga nada por mí.
Esto ha sido posible, sin embargo, gracias a miles de mujeres que nacieron antes que yo y decidieron, bajo la sombra de la liberación femenina, que somos mucho más que señoras de guardar: nuestro destino no es estar confinadas en nuestras casas, sino salir a ocupar posiciones, ganarnos la vida… hacer lo que decidamos.
Esto es, reduciéndolo a escasas palabras, la igualdad. Aquella que nos dice que, a pesar de que nos quieren limitar en función de nuestro género, tenemos los mismos derechos que los hombres.
Hoy a eso le quieren llamar ideología de género y, según la Iglesia Católica, se ha ideado con el “propósito principal encubierto es destruir la familia y arrasar con todos los principios éticos y morales”. Y es que, dicen, “Es todo el trasfondo de la ideología de género, usando como pretexto la liberación femenina. Es esa corriente ideológica la promotora del libertinaje sexual en adolescentes y jóvenes, del homosexualismo, del lesbianismo y del aborto”.
Leer eso duele. Duele por esas mujeres que dejaron el alma y el cuerpo luchando por nuestra libertad. ¿Por qué a la Iglesia le molesta? Ya no somos esclavas. Pese a ello, la familia vivirá. No teman.

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