Potencias impotentes

Potencias impotentes

El 27 de febrero del 2011 escribí: “Revolución duplicada”. El texto no ha perdido actualidad; lo reproduzco parcialmente. A favor de los haitianos residentes aquí concurren hoy tres factores importantes: los empresarios, que necesitan mano de obra barata en el sector de la construcción y en los cultivos agrícolas; los EUA, que no quieren recibir inmigrantes pobres, sin buena salud ni educación superior; los ideólogos de la izquierda, que desean una nueva Revolución Haitiana que abarque esta vez la isla completa; que tendría virulencia triple: por la mayor pobreza, por el crecimiento demográfico, por renovación de los prejuicios raciales. Algunos dirigentes políticos, de Cuba y de Haití, soñaron toda la vida con una situación así, de amplias perspectivas revolucionarias.

Esta convergencia explosiva, magnificada por el reciente terremoto y el aumento de la inmigración hacia RD, ha llegado a plenitud de maduración. Al líder haitiano Gerard Pierre-Charles, fallecido en La Habana en 2004, le hubiera gustado vivir para orientar su Organización del Pueblo en Lucha en una coyuntura como la de este momento. Añádase que en nuestra época, de globalización e integración económica, el concepto de nación ha perdido fuerza, excepto en naciones poderosas donde han reforzado su vigencia por medio de la educación.

Jacques Roumain, fundador del Partido Comunista de Haití, compuso hermosísimos versos acerca de la negritud. Escribió: “África he conservado tu memoria África/ estás en mi como la astilla en la herida/ como un fetiche tutelar en medio de la aldea/ haz de mi la piedra de tu honda/ de mi boca los labios de tu llaga/ de mis rodillas las columnas truncas de tu abatimiento”. Él hubiese deseado ser boca, piedra, instrumento de su pueblo. Murió en 1944. Franceses y norteamericanos fracasaron ambos en Indochina o Vietnam. Las experiencias previas sólo sirven a sociólogos e historiadores, jamás a los políticos. Tanto franceses como norteamericanos han fracasado en Haití anteriormente. Volverán a fracasar otra vez, escandalosamente, con dolor para ellos mismos.

Con más dolor, obviamente, para el pueblo dominicano, cuyos dirigentes no se han interesado nunca en problemas migratorios. Es pertinente recordar que actualmente los problemas internacionales no tienen “desenlace”: en Siria, Turquía, Egipto, Ucrania. Las “potencias” son menos potentes y más indecisas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas