Precariedades contra el crimen

Precariedades contra el crimen

Notables inversiones públicas de los últimos tiempos son aplaudidas por la comunidad de Santiago de los Caballeros, incluyendo contar con el mecanismo de reacción rápida del 9-1-1 aun cuando resultan notorias todavía las debilidades en la prestación de servicios policiales a causa del pésimo estado de una sede principal en esa urbe. El hecho de que el cuerpo de mayores responsabilidades en la preservación del orden en la segunda ciudad del país se aloje en la estrechez y mal estado de un edificio habilitado de manera provisional, significa que se ha postergado con largueza un paso primordial para que la lucha contra el crimen disponga de espacios dignos en la zona norte del país.
¿Cómo suponer que el Gobierno hace cabalmente lo que debe para garantizar la seguridad ciudadana si permite que los mandos, tropas y unidades de investigación -que de hecho no son suficientes ni están bien equipadas- operen como imprescindibles perseguidores del crimen y protectores de la colectividad en un edificio en el que apenas caben y en el que además tiene presencia la rama de la justicia que les asiste? Se trata de un local muy vulnerable a los aguaceros y con una distribución de espacios que en nada contribuye a la funcionalidad. Está reconocido: contra la delincuencia, cada vez más activa y difícil de controlar, se debe actuar a partir de adecuadas condiciones materiales. En Santiago no basta con lo que hay.

Unos comicios inaceptables

La votación en Venezuela no sirvió para dejar patente la soberana decisión del pueblo respecto de la reelección del gobierno que propicia un descalabro económico, político y social; comenzando porque una parte de esa desgraciada nación sale continuamente de su geografía en un impresionante éxodo de ciudadanos sumidos en desesperación por la aguda erosión de condiciones de vida y que hizo poco caso al llamado a votar en el exilio. Menos del 50% del padrón total fue a votar. Además el presidente Maduro impidió que la oposición estuviera debidamente representada y maniobró en forma anti democrática para que votaran por él; incluso se denunció la compra de votos; y apeló a una vulgar coacción previa advirtiendo que los venezolanos tendrían que escoger entre “votos y balas”. El chavismo iba a recurrir a la fuerza para seguir en el poder.

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