RIAD. El presidente de la empresa estatal saudita Aramco estimó el martes que los precios del petróleo están «demasiado bajos», aunque añadió que su corrección no vendrá de una reducción de la producción. «Están demasiado bajos para todo el mundo», declaró Jaled al Faleh en rueda de prensa. Aramco es la mayor compañía petrolera del mundo en términos de producción y exportación.
«Pienso que hasta los consumidores empiezan a sufrirlo», agregó en el Foro de Competitividad Global que se celebra en la capital saudí, un encuentro anual que reúne a responsables económicos de alto nivel. Bajo el impulso de Arabia Saudí, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha decidido mantener la producción a 30 millones de barriles diarios, acentuando la caída de precios que empezó en junio.
El barril estaba a más de 100 dólares cuando empezaron a caer los precios, por el efecto conjugado de aumento de la producción estadounidense de petróleo de esquisto y la caída de la demanda mundial.
Siete meses después, el precio se sitúa por debajo de los 50 dólares. El martes, durante los primeros intercambios en los mercados asiáticos, el barril de «light sweet crude» (WTI) para entrega en marzo ganaba 10 centavos, a 45,25 dólares, mientras el Brent del mar del Norte con el mismo vencimiento ganaba 14 centavos a 48,30 dólares.
Para el ministro saudí del Petróleo, es injusto pedir a los países de la OPEP que reduzcan su producción si no lo hace el resto de productores. Una posición que Faleh defendió este martes al asegurar que «Arabia Saudí no va a equilibrar sola el mercado», como lo ha venido haciendo tradicionalmente gracias al peso de su enorme producción.
Según Faleh, la producción de Aramco no ha parado de aumentar en los últimos años, sostenida por la creciente demanda en el mercado local pese a la caída de las exportaciones. «La razón del desequilibrio del mercado por lo tanto no tiene nada que ver con Arabia Saudí», precisó.
Según los analistas, la estrategia saudí de precios bajos pretende afectar la producción de petróleo de esquisto, que vive un boom en Estados Unidos (+40% desde 2006) azuzando la competitividad del mercado petrolero.
Los costes de producción de este petróleo pueden ser hasta dos o tres veces más que los del crudo de Oriente Medio debido a las tecnologías que se necesitan para extraerlo por lo que una caída de los precios lo hacen menos rentable. No obstante, Jaled al Faleh considera que la producción de petróleo de esquisto estadounidense es importante a largo plazo para el futuro energético mundial.