Prematuros no videntes, puedes evitarlo

Prematuros no videntes, puedes evitarlo

Por Anna Jiménez
Los pequeños que nacían prematuros muy difícilmente llegaban a sobrevivir. Hoy, con el avance de la tecnología, esto se ha logrado superar. Sin embargo, advierte el doctor Ubiera, oftalmólogo del Centro Laser, estos recién nacidos corren el riesgo de tener alguna discapacidad; entre las más importantes, la retinopatía, ceguera irreversible.

De acuerdo a cifras oficiales, tres de cada mil niños prematuros pueden tener este problema. La retinopatía es la primera causa de ceguera infantil.

Cuando un bebé nace muy prematuramente se altera el desarrollo del ojo.

Para el especialista, es lamentable que un niño quede ciego para toda su vida cuando esto se pudo prevenir con una intervención médica oportuna.

Desgraciadamente, reconoció, a pesar de ser un problema de salud pública, no todos las unidades médicas del país cuentan con un programa para la detección oportuna de la retinopatía en el prematuro. “Es muy triste cuando llega un bebé ya ciego a nuestro servicio y le dices al papá que es algo que se pudo haber evitado. Imagínate qué tragedia para la familia y para la sociedad en general”, comentó.

Es por ello que junto al doctor Ubiera y un grupo de profesionales, se ha iniciado una campaña en procura de que todas las madres en edad reproductiva sepan los cuidados integrales que deben recibir los bebés prematuros. Desde que inció la divulgación de esta información, a través de afiches, se ha podido librar a 72 prematuros de la ceguera. Un bebé sano se desarrolla en un período de 40 semanas, lo que equivale a nueve meses, y su peso es mayor a los dos kilos.

El doctor Ubiera -quien tiene entrenamiento especializado en vitreo y retina-, dijo que la población de recién nacidos con mayor riesgo a la retinopatía son los bebés que pesan l,500 gramos y que son menores de 35 semanas.

“La tecnología les ha salvado la vida, porque nacen pesando menos de dos kilos, pero también les ha traído discapacidades porque muchos de sus órganos y tejidos no se formaron a tiempo”, indicó.

A pesar de este panorama, Ubiera aseguró que la retinopatía se puede prevenir cuando el bebé tiene de cinco a seis semanas de nacido y aún se encuentra en el área de terapia intensiva.

“Si ese bebé se trata correctamente tiene una probabilidad de éxito del más del 90% de que no quede ciego”, expuso.

Para ello, dijo que se requiere de personal capacitado y equipo tecnológico, que no cuesta mucho. Un aparato para diagnosticar este problema varía en el mercado y puede tener un costo de varios miles de dólares.

Sin embargo, aclaró que “aquí el factor humano es lo primero que cuenta, por lo que en cada hospital donde hay prematuros debe haber un oftalmólogo pediátrico que identifique a los bebés que están en riesgo de ceguera”. Y si no hay el especialista, agregó, ese pequeño debe estar en un lugar en donde se le pueda valorar a tiempo. En las clínicas deben alertar a la madre del prematuro que debe procurar este servicio, si allí no lo hay disponible, la temprana evaluación es lo que marcará la diferencia para esa nueva vida.

Explicó que a los cuatro meses de formado en el vientre de su madre, la retina del bebé empieza a tener arterias y venas. Por ello, cuando un pequeño nace a los seis meses, apenas los vasitos sanguíneos van a la mitad del camino. De ahí que a esa retina, que no tiene vasos, no le llega oxígeno, lo que produce una respuesta que altera los pocos vasos formados. Es tan potente que los destruye. Entonces, añadió, el tratamiento es quitar la retina asfixiada y proteger a la que se va a desarrollar.

“Le quitará a ese bebé un poco de campo visual, pero no perderá su vista”, consideró el especialista.

Desde su experiencia, afirmó que este problema de salud pública puede solucionarse con tener más personal capacitado y equipamiento para detectar oportunamente esta enfermedad visual.  Por su parte, el neonatólogo Pedro Abraham, de Hospiten Santo Domingo, recomendó a los padres de familia a estar atentos a las enfermedades que puede tener un bebé prematuro, y a sumarse al esfuerzo que realiza el equipo médico para que ese niño cuente con una mejor calidad de vida.

El tratamiento puede comprender

 Terapia láser, que en la actualidad es la más frecuente, para tratar áreas de la retina que no han presentado un desarrollo anormal de los vasos sanguíneos.

Ésta se debe realizar antes de que los vasos anómalos amenacen con traccionar la retina.

 Crioterapia, que consiste en la congelación de un tejido con el fin de destrozar los vasos anómalos que se desarrollaron.

Cuando la retinopatía está en etapa inicial, el tratamiento por lo general se limita a terapia de láser.

Expectativas del pronóstico

Se puede esperar una recuperación completa en la mayoría de los bebés con una retinopatía de menor grado, mientras que en grados más avanzados puede conducir a anomalías visuales marcadas o a ceguera irreversible. Por ello, el factor más importante es la detección y tratamiento a tiempo.

PREMATUROS

El bajo peso al nacer y haber permanecido un tiempo en la incubadora parecieran ser algunos de los factores desencadenantes de problemas visuales y hasta inclusive de ceguera. La retinopatía en prematuros puede ser detectada solamente mediante un exámen oftálmico que se debe realizar durante las primeras semanas de vida.

Si la enfermedad avanza, el ojo puede ser tratado para prevenir la ceguera.

Es importante aclarar que no todos los bebés que nacen prematuramente padecen de esta patología, pero todos los niños nacidos con bajo peso deben someterse a un exámen. La enfermedad comienza a mostrar signos en el fondo de ojo a las 31 semanas de edad postconcepcional. Esta patología se agrava alrededor de las 38 a 40 semanas; esto quiere decir que el menor debe seguir bajo supervisión especializada, por lo que se aconseja que permanezca en cuidados especiales.

El exámen se realiza con un oftalmoscopio indirecto, que permite al doctor observar un amplio ángulo de la retina.

Para reducir la incomodidad del bebé, primero se pone una gota de anestesia local. Después, con un aparato llamado espéculo, se abren los párpados del bebé, y una sonda especial mantiene inmóvil el globo del ojo, para que el doctor pueda examinarlo.Usualmente, estos exámenes únicamente se hacen a los bebés que están en la categoría de alto riesgo y normalmente estos bebés son los que nacen durante las tempranas etapas de gestación y con bajo peso.

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