Haitian President Jovenel Moise speaks on March 13, 2017 in Port-au-Prince offering condolences to the families of victims in the road accident that took the lives of 38 persons the previous day in Gonaives. A bus speeding away from a hit-and-run accident plowed into dozens of street musicians in northern Haiti, killing 38 people, officials said. / AFP / HECTOR RETAMAL
El presidente de Haití, Jovenel Moïse, avanza en el proceso de consultas el nombre del próximo primer ministro del país, el tercero que ocupará el cargo desde que el mandatario asumió el poder en febrero de 2017, y cuyo nombre saldrá de una lista de tres candidatos.
Los candidatos que baraja el mandatario son el primer ministro interino, Jean Michel Lapin, el alcalde de la ciudad de Los Cayos (suroeste), Gabriel Fortuné, y la cónsul del país en Boston, Marjorie Alexandre Brunache.
Así lo anunció el presidente de la Cámara de Diputados en Twitter, tras mantener una reunión con Moïse y el presidente del Senado, Carl Murat Cantanve, el pasado fin de semana para abordar la cuestión. Una vez que el presidente dé a conocer el nombre de su elección, anuncio para el que no se ha dado una fecha concreta, el designado deberá presentar su programa de Gobierno y a su gabinete ante el Senado y la Cámara de Diputados para su ratificación y, si el Congreso Nacional rechaza esta propuesta, Moïse deberá presentar otro candidato.
De los tres posibles ocupantes del cargo, la diplomática es la menos conocida en el ámbito político, a pesar de ser hija del expresidente interino Boniface Alexandre, que manejó la transición entre 2004-2006, y es la esposa del exministro de Justicia bajo la administración de Michel Martelly, Michel Brunache. Fortuné, por su parte, fue senador y es una figura cercana al actual presidente, mientras que el tercer candidato, Lapin, está en la breve lista en su calidad de primer ministro interino. La designación de un nuevo primer ministro se produce en una coyuntura de crisis económica que motivó la destitución del cargo de Jean Henry Ceant por su falta de respuesta al agravamiento de la situación.