El presidente Danilo Medina afirmó anoche que para los países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) “no es tiempo de aislarnos e ir hacia atrás, sino de profundizar nuestros lazos, para avanzar con más impulso”.
Medina alertó que a pesar de la situación actual de las grandes potencias, la realidad es que las 33 naciones que constituyen hoy la Celac representan un mercado global de 614 millones de personas que si aumentan las exportaciones entre sí pueden alcanzar importantes mejoras.

Al hablar en la sesión inaugural de la Quinta Cumbre de la Celac, en Punta Cana, Higüey, dijo que “si bien los tratados de libre comercio no son herramientas perfectas y, de hecho, estamos trabajando para mejorar su eficiencia, no podemos ignorar tampoco que su puesta en marcha nos ha abierto muchas puertas y ha traído numerosos beneficios”.
La cumbre reúne a representantes de 33 naciones, un año después de encomendada al país la Presidencia Pro Témpore de la Celac.

Medina recordó que un tiempo atrás la mayoría dio por descontado que la apertura al comercio, la inversión y la creciente movilidad de los capitales y las personas, junto a la consolidación del Estado del bienestar en nuestro hemisferio eran tendencias que permanecerían inquebrantables en un mundo cada vez más globalizado e interconectado.

“Pero, estábamos equivocados”, dijo el gobernante, tras precisar que quizás fueron subestimados los niveles de angustia y rabia de segmentos poblacionales importantes en los países desarrollados, que no han percibido los frutos de la nueva economía global.
Señales. Medina sostuvo que el Brexit de Gran Bretaña y las propuestas de revisión de los tratados de libre comercio de la nueva administración republicana en los Estados Unidos son solo algunas de las señales que “nos muestran la transición política y económica que estamos viviendo”.

Por contraposición a esas medidas proteccionistas, Medina recordó que la inserción de los países latinoamericanos en la economía global, producida en las últimas décadas, ha servido para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos. Uno de los efectos ha sido que en un período de 25 años la pobreza extrema se redujo de 22.6% a 12.4%, al tiempo que se multiplicó por 6 el PIB regional.

Al profundizar en la situación internacional adversa, estimó que todos los presentes estarían de acuerdo en que el mundo entero saldría perdiendo “si Estados Unidos, Europa y China adoptan el modelo de las represalias arancelarias que en el pasado solo ha servido para generar pobreza”.

Admitió preocupación de que ante los anuncios de imposiciones unilaterales de aranceles para proteger industrias específicas, comience a pasearse por todos los escenarios globales el fantasma del proteccionismo y las consecuentes guerras comerciales.

De la misma manera, dijo ver con preocupación que el discurso creciente de proteccionismo y cierre de fronteras “no se limita al ámbito económico, sino que puede tener consecuencias graves sobre nuestra población migrante”.
Ante esa situación y retos, dijo entender que la Celac tiene una gran responsabilidad: la de velar siempre por los intereses de nuestros pueblos. “Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para prevenir el regreso de un pasado que, ahora, trata de venderse como superior al estadio de desarrollo que hemos alcanzado”, agregó.
Afirmó que se deben preservar las bondades de un mundo interconectado, al tiempo que protegen los logros en bienestar social. «No es tiempo de aislarnos e ir hacia atrás, sino de profundizar nuestros lazos para avanzar con más impulso hacia delante». Reiteró que los países que integran la Celac tienen el potencial para navegar con éxito en estos tiempos de dudas.
Adentro. Alertó que mientras los países asiáticos exportan entre ellos, que representan el 34% de su volumen global exportable, “nuestras naciones apenas colocan entre sí 10% de sus exportaciones”.
“Tenemos la capacidad de modificar esta ecuación, apostando por la complementación económica de nuestras naciones. Es hora de buscar soluciones latinoamericanas y caribeñas a problemas latinoamericanos y caribeños».

Medina sostuvo que en los países del área existen miles de mentes brillantes que solo necesitan un “empujoncito” para convertirse en empresarios, en científicos, en innovadores.

“Es aquí, en definitiva, en esta alianza de pueblos, en esta comunidad de hermanos, donde debemos encontrar las ideas, los caminos, las acciones y la voluntad política para hacer realidad el destino histórico de América Latina y el Caribe”, precisó Medina.

Para el Presidente, no parece razonable pensar que Estados Unidos y los países desarrollados, tras años impulsando la apertura y la globalización tanto dentro como fuera de sus fronteras, “abandonen ahora estas políticas que han contribuido a acrecentar las esperanzas de progreso de todos nuestros pueblos”.