El presidente del Tribunal Constitucional (TC), Milton Ray Guevara, advirtió ayer sobre los nuevos peligros que acechan la labor de los miembros del Ministerio de Defensa (MD), cuyo principal enemigo ya no es la subversión política ni el comunismo, sino el narcotráfico, el terrorismo y la trata de personas.

Dijo que de ellos el más peligroso es el narcotráfico, porque penetra todas las instituciones de la sociedad civil, del Estado y a la familia.

El magistrado del TC habló en esos términos durante un conversatorio que sobre “Tutela judicial efectiva y debido proceso”, encabezó en el Ministerio de Defensa.

“La narco-política es un peligro muy grande para la sociedad y para el Estado, porque es el germen de la criminalidad, y el Ministerio de Defensa y la Constitución están llamados a cooperar en el orden público; no es una tarea exclusiva de la Policía Nacional”, expresó Ray Guevara.
Resaltó la importancia del taller aún “sin estar en la guerra fría” porque, contrario a otros tiempos, cuando el principal enemigo era la subversión política y el comunismo, que llevaba a un comportamiento inicialmente ideológico .

“En la época de la guerra fría, el comunismo se detenía en las puertas de un cuartel, pero ahora el narcotráfico muestra que muchas veces en esa actividad hay quienes deshonran el glorioso uniforme de los institutos castrenses, según lo demuestran los datos del combate encarnizado que desarrollan el Ministerio de Defensa, la Policía Nacional y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD)”, dijo Ray Guevara.
Recordó el inicio del proceso de despolitización de los institutos armados, del cual dijo fue testigo de excepción en su condición de ministro del Gobierno constitucional del presidente Antonio Guzmán Fernández, entre 1978 y 1982, y afirmó que aunque desde entonces se ha avanzado mucho, hay cosas pendientes que enfrentar en la sociedad dominicana.
Sostuvo que el problema del narcotráfico “ es tan grave, que se expresa en que antes se robaba y, excepcionalmente se mataba; “ahora se mata para robar. Se manifiesta la criminalidad, el sadismo y el horror de muchas de esas muertes”.

Indicó que aunque hay una tendencia a obviar las reglas en momentos de dificultad, eso no puede ser. Manifestó que aún en el peor de los escenarios en que se participa para hacer cumplir la ley, hay que respetar la ley y el debido proceso, porque eso es lo que da la fortaleza y legitimidad a la autoridad pública.

“Una sociedad es más fuerte cuando en las peores condiciones puede exhibir que se respetan los derechos fundamentales. La fortaleza de la democracia reside en eso y así lo señala la Constitución, al tratar sobre el estado social y democrático de derecho”, subrayó el presidente del TC.

Recordó que para garantizar la supremacía de la Constitución, la defensa del orden constitucional y la protección de los derechos fundamentales está el Tribunal Constitucional, cuyas decisiones son definitivas e irrevocables y constituyen precedentes vinculantes para los poderes públicos y todos los órganos del Estado, según lo establece el artículo 184 de la Carta Magna.