Prevenir siempre será más efectivo

Prevenir siempre será más efectivo

En términos de salud, los dominicanos son doblemente vulnerables. Los hábitos de vida inadecuados y el mal enfoque de las políticas de salud están entre las causas fundamentales de esa flaqueza. El sistema de salud está preferentemente enfocado hacia la curación. Hacia ese campo se destina la mayor parte de la inversión sanitaria. Es escaso, insuficiente y más coyuntural que continuo lo que se destina a educación como medio de prevenir enfermedades no contagiosas muy frecuentes y abundantes entre los dominicanos.

Alguna vez, y ojalá sea pronto, las autoridades tendrán que caer en la cuenta de que la prevención es la cura anticipada y menos costosa de lo que puede afectar la salud. Cuando hay brotes de enfermedades infecto-contagiosas se recurre a la vacunación para prevenir contagio. Con enfermedades como la diabetes, el cáncer, la hipertensión y otras muy abundantes, la vacuna más efectiva sería educar sistemáticamente a la gente sobre todo lo que contribuye al deterioro de la salud.

Los avances de la medicina permiten detectar la proclividad de la gente a contraer enfermedades no contagiosas. Eso permite elaborar planes educativos y tratamientos preventivos. Tenemos que invertir más en ese campo con miras a prevenir y así restarle cifras a la necesidad de curar. La prevención siempre será la cura por excelencia.

VERDADES INOCULTABLES

Las autoridades siempre pretenden restarle magnitud a la depredación de nuestros bosques para convertirlos en carbón. Esa destrucción que practican dominicanos y haitianos en nuestro territorio es una verdad inocultable que la cinematografía pondrá pronto a la vista del público a través del documental titulado “Muerte por mil cortes” que pretende mostrar cómo opera el contubernio que permite convertir nuestros bosques en miles de toneladas de carbón que alimentan un trasiego intenso en camiones hacia Haití, que tiene la virtud de pasar desapercibido por la frontera

El Ministerio de Medio Ambiente siempre minimiza el problema que está llevando parte del país a la condición de desierto. La explotación irracional e impune de nuestros bosques enriquece a unos y silencia a otros, pero no puede ser ocultada.

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