Preventiva La Romana: muestra de sobrepoblación carcelaria en país

Preventiva La Romana: muestra de sobrepoblación carcelaria en país

Como sardinas en lata, es la analogía que más se acerca a las condiciones en la que están los presos preventivos del Palacio Judicial de La Romana.

En el cuartel, una estancia de paso destinado a alojar a los detenidos que tienen audiencia o los que están a la espera de una medida de coerción, se tienen reclusos que llevan hasta un año a pesar de que no deberían pasar de dos días ahí.

Lo que ha generado la situación, según explica la procuradora fiscal de La Romana, Reina Yaniris Rodríguez, es que la Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Cucama está lleno y los presos a los que se le impone prisión preventiva son devueltos, teniendo que cumplir el tiempo que conlleva la medida, en el diminuto espacio.

Ubicado en la parte trasera del Palacio de Justicia, cuenta con solo dos celdas, cuya capacidad no debería exceder las 15 personas, pero que llega a tener hasta 80, en una y más de 50 en otra, desbordándose por mucho.
Al día de la visita de HOY al Palacio Judicial, el número de preventivos era de 155, de los cuales 29 estaban a la espera de pagar la garantía económica para salir.

Ambiente inhumano. Las condiciones de hacinamiento son extremas, y precisa a todos dormir en el piso, pues los colchones no sobrepasan de diez, pero si existieran más, tampoco habría lugar para colocarlos.

Para estar durante el día, en un área que no supera los 40 metros, los preventivos deben sentarse y abrir las piernas para que otro puede colocarse en ese espacio y así se amontonan.

Durante la noche, la postura es distinta, aunque igual en el piso. Se colocan unos hacia arriba y otro para abajo y cuando llegan a diez, otro les empuja con los pies, para compactarlos y seguir posicionando a los demás, de acuerdo a lo que describe Mario César Pérez, uno que estuvo detenido ahí por un meses, que asegura eso fue lo más parecido al infierno.

Pero las precariedades no se quedan solo en el espacio. Tampoco les suplen de alimentos. Hay un solo baño habilitado y uno de los reclusos es quien administra la ducha.
El defensor público Johan Manuel Medina dice que si un preventivo es olvidado por su familia, puede durar hasta tres días sin comer, a menos que los compañeros compartan de lo que le lleven.

Explica que la comida es algo ocasional, que suplen los Comedores Económicos pero entiende que si el Ministerio Público, como administrador de las cárceles, tiene presos de forma permanente ahí, debe alimentarlos.

El amontonamiento, sumado a deplorables condiciones sanitarias y una poca ventilación se agrava, con detenidos que presentan síntomas de cólera, y erupciones en la piel, de acuerdo a un informe que presentó la Comisión de los Derechos Humanos de La Romana, hecha por la regional de Salud Pública.

Cada día peor. La población de ese cuartel se incrementa cada día con la entrada de nuevos imputados a los que se impone prisión como medida de coerción.
El abogado público dice que cada vez es peor, pues a sabiendas de esas precariedades, la costumbre de la Fiscalía es solicitar prisión preventiva, aunque hay otras medidas para llevar al imputado al proceso.
Recuerda que el ideal de la norma es que el imputado comparezca al proceso en libertad.
Afirma que todas las sentencias que ordenan prisión preventiva establecen que sea cumplida en Cucama.

Entiende que dadas esas condiciones, se debe buscar o la ampliación del CCR o el acondicionamiento de la cárcel preventiva, moviéndola de lugar o habilitando otras celdas, a fin de que los reclusos no estén en esas condiciones.
Comenta que debido al hacinamiento también se dan situaciones de maltrato de unos reclusos contra otros, y que a veces los policías ni se dan cuenta, porque solo tres agentes están asignados para la vigilancia. “Imagínese usted que un policía entre, en una celda que hay 70 o más reclusos”, sugirió el abogado público.
Aunque admite ha visto esfuerzos de la Procuraduría General por cambiar las condiciones de ese recinto.
La realidad de las cárceles. La fiscal admite las condiciones en la que está el cuartel, una realidad que no escapa a los ojos de nadie, pero dice que esa es una situación similar a las prisiones del país, que están sobrepobladas.
Explica que aunque no hay condiciones para tener los detenidos ahí, no tienen otra alternativa, porque el CCR simplemente no recibe los detenidos, y cada día entran más casos.
“Pero yo no le puedo decir a una mamá que le violaron su hija que no tengo donde tener un preso, o a una que le robaron saliendo de su trabajo, que tengo que soltarlo”, considera la procuradora fiscal.
Pero si bien por el momento no se vislumbra una solución inmediata, dijo que hay un proyecto para construir una cárcel preventiva fuera del palacio, aunque no tiene manera de saber cuándo se ejecutará el mismo.
Mientras explica que están tratando de diligenciar la libertad de los que tienen una garantía económica que no han podido pagarla, para descongestionarla.
Dice que los trabajadores del sistema judicial de esa jurisdicción también son perjudicados teniendo la cárcel ahí, frente al parqueo donde se estacionan los jueces y fiscales pues constituye un riesgo. Admite que no conviene tener una preventiva en el Palacio de Justicia.

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