Los productores de café temen que esa actividad desaparezca debido a la enorme crisis que atraviesa ese sector por la baja inversión estatal, el poco financiamiento, las plagas y enfermedades que afectan los cultivos, así como las limitaciones para acceder a las tecnologías.
Durante un encuentro convocado por la Federación de Caficultores de la Región Sur (Fedecares), los representantes de núcleos y asociaciones de productores de café lamentaron que el país haya pasado de ser un tradicional exportador para convertirse en importador de café.
El dirigente cafetalero, Rufino Herrera, recordó que en la década de los años 80 y 90 era, junto a la caña de azúcar, el cacao y el tabaco la columna vertebral de la economía dominicana.
“En esa época nosotros producíamos 1,100,000 quintales de café y hoy solo producimos 200,000. El país exportaba 70 millones de dólares anuales, ahora invierte 55 millones de dólares cada año en importaciones del grano”, dijo Herrara.
El líder cafetalero lamentó además que una gran cantidad de familias dedicadas a la producción de café, hayan abandonado la actividad por falta de recursos.
Dijo que más de 30 mil familias abandonaron la actividad en tres décadas, mientras que los pocos que continúan cultivando el grano viven en la miseria.
Asimismo, agregó que la caficultura, además de tener un gran potencial económico, juega un papel importante en la protección de las cuencas hidrográficas y de los suelos, por lo tanto ayuda a contrarrestar los efectos negativos del cambio climático.
Al hablar en nombre de los productores de café, Herrera lamentó que el Estado no les haya dado el apoyo necesario para continuar operando y que las pocas acciones destinadas al sector estén dispersas y limitadas.
“Hemos tenido ayuda, no se pude negar, pero no en la magnitud que se necesita. Se han implementado programas aislados como las visitas sorpresas y el programa agroforestal, pero no son suficientes”, expresó.