Profesional halló éxito en la emigración

Profesional halló éxito en la emigración

POR NARCISO PEREZ
SANTIAGO.-
Tras arribar a su país, el sicólogo Darío Domínguez, nativo de Gurabo, declaró que no se arrepiente de haberse ausentado por más de 20 años de la tierra que lo vio nacer, ya que en los Estados Unidos encontró las oportunidades que quizás aquí no hubiera logrado para realizarse como profesional.

“Pero cada año uno tiene que venir a visitar los abuelos y a otros parientes que todavía permanecen en la República Dominicana”, añadió Domínguez, quien llegó a esta ciudad por el Aeropuerto Internacional del Cibao.

Para Domínguez, lo que más extraña de la República Dominicana cuando se mantiene trabajando en Nueva Jersey, es la música, los alimentos típicos y el contacto familiar.

“Uno por allá vive atento a los programas de televisión que llegan por cable de República Dominicana y busca los periódicos en la INTERNET o en las bodegas y supermercados para enterarse de cómo están las cosas aquí”, expresó Domínguez.

Manifestó que al pisar la tierra dominicana se siente triste y nostálgico, ya que su madre murió hace dos años.

Domínguez llegó a Estados Unidos en el 1970 pedido por sus padres que se hicieron residentes de esa nación.

Luego de cursar estudios universitarios se tituló de sicólogo y actualmente labora para el Estado.  Domínguez, quien es primo-hermano del ex presidente Hipólito Mejía, casó con la señora Margarita Domínguez, con quien procreó dos hijos.

Vino de retirada en el 2000, pero retornó a Estados Unidos cuatro años después porque sus hijos y esposa no pudieron adaptarse al ritmo de vida que se sigue en esta ciudad.

Domínguez se mostró agradecido del trato que le dispensaron en el aeropuerto tras resaltar que no fue molestado por los maleteros.

“Vine a disfrutar la época de Navidad, ya que aquí se celebra diferente al estilo norteamericano”, explicó.

Señaló que las tradiciones dominicanas son auténticas y que jamás podrán ser sustituidas por ninguna cultura extraña.

Domínguez dijo que fuera del país se puede estar bien económicamente, pero que el lar nativo siempre se venera y se recuerda con mucha nostalgia.

“Ahí tenemos el carnaval, las fiestas de las madres, la Semana Santa y las fiestas patronales de cada pueblo, son cosas inolvidables”, dijo.

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