Proteger contra el salvajismo

Proteger contra el salvajismo

 El asesinato de un joven en plena sala de emergencia de un hospital de Barahona y la agresión de que fueron objeto una fiscal y varios policías que acudieron a clausurar un negocio que escandalizaba el vecindario en San Luis, Santo Domingo Este, debe motivar una mejora de los servicios de seguridad en los hospitales, así como la de los agentes policiales y del Ministerio Público que acuden a imponer el orden en negocios de expendio de bebidas alcohólicas.

El sábado en un típico acto de venganza, una turba armada llegó disparando al hospital Doctor Teófilo Gautier, de Salinas, Barahona, y varios de sus integrantes mataron a cuchilladas a Julio Peña, de 19 años, que estaba siendo atendido por heridas que sufrió durante una riña. Médicos y enfermeras debieron huir para evitar ser agredidos. Hay registros de casos similares, que son posibles por la escasa seguridad en los hospitales.

El mismo día, en San Luis, varios hombres que ingerían bebidas alcohólicas atacaron a palos, pedradas y botellazos a la fiscal Raquel Cruz y a miembros de la Unidad Antiruidos de la Policía, cuando cerraban tres negocios de expendio de bebidas que escandalizaban el vecindario. Estas agresiones también son frecuentes. Es necesario que en los hospitales haya seguridad suficiente para impedir ataques contra médicos y pacientes, y que se proteja mejor a los fiscales en su trabajo.

HERRAMIENTA PARA USUREROS

Viene como anillo al dedo la expresión del Presidente Danilo Medina ante pequeños productores agropecuarios de Villa Altagracia, en el sentido de que la política de su gestión tiene el propósito de librar a los pobres de las garras de los usureros. Es oportuna porque es necesario ampliar los alcances de esa intención hacia las ciudades, donde la tarjeta de débito ha sido convertida en una lucrativa herramienta de prestamistas usureros que se aprovechan de las necesidades de los trabajadores.

La tarjeta de débito vino a solucionar el problema que el dinero en efectivo ocasionaba a las empresas y a los propios trabajadores, pero lamentablemente es frecuente ver a usureros que pasan largo rato en cajeros automáticos con decenas de tarjetas de trabajadores a los que han prestado dinero con réditos usurarios. Los bancos y el Gobierno deberían actuar contra esta modalidad de usura.

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