Las Pruebas Nacionales son un instrumento de evaluación del desempeño de la enseñanza, una especie de medidor del rendimiento del proceso educativo en la relación educador-alumno. Su vigencia, con el nombre actual o con cualquier otro,  debe mantenerse, pero sin duda debe actualizarse  lo suficiente como para que resulte menos costoso,  más efectivo y a tono con el desarrollo del plan docente. Un aspecto que debe mejorarse es la seguridad de las pruebas contra filtraciones y fraudes, como el investigado recientemente por la Secretaría de Estado de Educación y que ha motivado  un procedimiento judicial contra siete personas en principio.

La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha hecho bien en respaldar estas investigaciones y comprometerse a acoger los resultados de las mismas para sancionar a quienes merezcan ser sancionados. La Secretaría de Educación y el gremio profesoral deben unificar sus esfuerzos y tomar este  fraude  como referente para detectar y fortalecer los aspectos débiles de  la seguridad de las Pruebas Nacionales contra filtraciones de resultados y otras malas prácticas que desvirtúan sus propósitos fundamentales. El afinamiento de las pruebas debe formar parte integral de un mejoramiento de todo el contexto de la enseñanza. Se trata de un procedimiento de evaluación muy necesario, que debe ser mejorado y actualizado.

Números rojos preocupantes

La pérdida en los últimos meses de seis mil empleos en el sector tabacalero del Cibao y el turismo de la zona Norte se añade a las preocupaciones por los efectos locales de la crisis global. Seis mil empleos perdidos representan perjuicios múltiples para la economía de  cualquier región de un país de las dimensiones sociales y económicas del nuestro.  Tabaco y turismo son dos fuentes importantes de las que se nutre nuestra economía.

La referencia abarca solo estas dos zonas del país. No se descarta que en otras regiones y otros renglones haya cifras rojas tan preocupantes como las que hemos citado. La caída de  las recaudaciones fiscales está influida por el mismo proceso recesivo que determina la pérdida de empleos por pérdida de demanda de bienes y servicios. La pregunta de orden sería cuáles estrategias oficiales podrían resultar  exitosas para contrarrestar los efectos sociales de  estas contingencias.