PUEBLO MASÁI VISITA OBLIGADA EN KENIA Y TANZANIA

PUEBLO MASÁI VISITA OBLIGADA EN KENIA Y TANZANIA

Si eres un turista aventurero y tienes interés en visitar el este de África, debes tener en tu agenda un pueblo: los masái.
El pueblo masái, ubicado en el sur de Kenia y el norte de Tanzania, es uno de los lugares de mayor interés cultural.
Ellos viven en grupos familiares denominados “manyatta”, formados por un cerco exterior compuesto por ramas y espinas para proteger, principalmente al ganado, de los predadores.
Los masái son seminómadas, lo que quiere decir que no viven en un solo lugar, sino que emigran con sus casas y pertenencias, en busca de alimentos y tierras.
Cómo reconocerlos. Muchos de los masái tienen los lóbulos de las orejas dilatados y adornados con piezas de madera y las mujeres van engalanadas, de forma habitual, con los típicos collares de cuentas realizados a base de pequeñas piezas de plástico, que también utilizan de brazalete.
Otra de sus características es el tipo de sandalias que utilizan, con suela de goma y fabricadas gracias al reciclaje de los neumáticos de los coches.
Evidentemente, todos los masáis del poblado  visten, anudada al hombro, su típica tela de colores azulados y rojos.
Características. La sociedad masái es polígama, y cuantos más hijos tengan, más ricos se consideran. Pero la riqueza no viene solo determinada por el número de hijos, sino que deben conseguir también muchas cabezas de ganado.
Algo interesante es que la mayoría tiene pocos recursos materiales, por lo cual les resulta difícil venderlos.
No pueden comercializar una cabeza de ganado para sacar dinero y alimentar a sus hijos porque eso no está bien visto, así que se alimentan únicamente de sangre de vaca mezclada con leche (y la sangre debe ser sacada sin que el animal sufra, y sin que muera).
Masái y parque nacional. Los masái fueron expulsados del Área de Conservación de Ngorongoro cuando la zona se convirtió en parque natural pues el afán guerrero de los masáis suponía un problema para la conservación de los felinos y, por tanto, del maná del turismo. Por eso tuvieron que abandonar la zona donde habían vivido durante siglos para establecerse en las cercanías.
En cuanto a religión, originariamente los masái tenían sus propias creencias, un mundo más o menos espiritual, basado en ciertas creencias animistas, y al igual que los samburu, otro grupo étnico de origen igualmente nilótico, se consideran el pueblo elegido por Dios.
El pueblo masái rinde culto al volcán Ol Doinyo Engai, al que consideran una montaña sagrada.
Practican la circuncisión y la clitoridectomía.

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