Década perdida
Luego de diez años de operación del Tratado de Libre Comercio República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta), los empresarios, productores y autoridades del país nunca proyectaron que los sectores productivos debían abocarse a un proceso de competitividad frente a las naciones signatarias.
Hoy, diferentes entes de la sociedad gritan cuando se aproxima el 2015, porque se debe alcanzar a liberar el 97% de los aranceles a las importaciones procedentes de los miembros del DR-Cafta, proceso que se inició en marzo de 2007.
Desde la firma del tratado venimos insistiendo sobre la necesidad de un programa estratégico de los sectores productivos, especialmente del agropecuario, con miras a ir adoptando los mecanismos necesarios para alcanzar la competitividad en vista de la aproximación de la desgravación que imponía el DR-Cafta. Nadie hizo caso.
La realidad es que el país tiene en estos momentos dos opciones: ejecutar formalmente el DR-Cafta o aplicar el procedimiento de denuncia como lo establece en el artículo 22.7, lo que tendrá graves consecuencias porque perderíamos el acceso preferencial al mercado de EEUU, que es nuestro principal socio.
El dilema es el nuevo escenario de cara al 2015, porque en julio se inicia la preparación del Presupuesto General para el próximo año, y el Gobierno estará de frente a un panorama difícil porque los ingresos aduanales disminuirán, no podrá imponer nuevos gravámenes para sustentar la pieza, porque el sector empresarial alegará que perderá “competitividad”, ni podrá otorgar más incentivos por los compromisos del servicio de la deuda externa.
El pacto fiscal estaría en debate.