Ayuda a Haití (y III)

Los países desarrollados, específicamente Estados Unidos, temen un éxodo masivo de haitianos hacia sus territorios y por esa razón buscan la salida más cómoda para sus intereses, o sea, que República Dominicana cargue con los que viven ilegalmente y con aquellos que vendrán luego.

Ninguna nación quiere en su territorio que lleguen pobres sin educación, formación, y con falta de higiene, y muchas veces llevan enfermedades transmisibles.

Cuando la República Dominica inicie el proceso de repatriación de los extranjeros que residen en forma ilegal, entonces Estados Unidos reforzará sus aguas marítimas para evitar que penetren a su territorio oleadas masivas de haitianos a través del estado de La Florida.

En estos momentos se puede observar la férrea política migratoria de las islas de la Comunidad del Caribe (Caricom) en contra de los haitianos, sin embargo, presionan para que la República Dominicana se quede con los ilegales.

No creemos que país alguno del mundo empuje la unificación de Haití con República Dominicana, porque son diametralmente opuestos en cultura, educación, formación, religión e idioma, y en sistema de comportamiento, pero sí desean que los dominicanos carguen con la pobreza de los vecinos, para evitar enfrentar el éxodo que se presentaría.

Las naciones europeas han venido adoptando medidas drásticas contra la inmigración ilegal a nivel marítimo y han despegado helicópteros, como son los casos de Estados Unidos y España, para evitar el éxodo de personas.

La República Dominicana, desde siempre ha sido punto clave para la inmigración de extranjeros de diferentes tipos de grupos sociales y culturales. Ha sido un punto clave para la recibir a personas que desean abandonar sus respectivas naciones a pesar de que es un país en vía de desarrollo.