Si queremos competencia ya sea en el proceso de globalización de los mercados o en un sistema proteccionista, a lo que está aspirando hoy en día el Gobierno estadounidense, República Dominicana debe alcanzar la competitividad en los diferentes órdenes para poder alcanzar el progreso y desarrollo. Un fuerte enfrentamiento entre China, en defensa de la globalización y el libre comercio, y Estados Unidos que procura volver a la era del proteccionismo, debe marcar pauta para que nuestro país eleve con prontitud el índice de competitividad de sus empresas y los servicios, a fin de alcanzar un gran potencial comercial.
La falsa teoría convencional del comercio por parte del sector empresarial, mirando al Estado para que asuma la promoción de políticas, ha impedido desarrollar la modernización y la producción, ocasionando así estáticas en las diferentes áreas, lo que ha sido otro factor negativo para el empuje hacia la competitividad, aunque en perspectiva, la ventaja competitiva de las naciones sigue siendo relevante para los responsables de definir las políticas públicas.
El Gobierno dominicano ha iniciado el proceso, ahora el reto deberán enfrentarlo los empresarios. La estrategia nacional propiamente debe estar dirigida y definida en el marco de acciones concretas para alcanzar la transformación. La agrupación de empresas bajo el mecanismo de clusters, podría ser un buen ejemplo para lograr un programa.
Necesariamente que se impone trabajar en forma rápida, pero con pasos firmes en la elaboración de estrategias nacionales. Deseamos alcanzar consensos en los variados aspectos. Se deben definir programas de innovación tanto en la tecnología como en la organización, siempre pensando en la productividad para la competitividad y por ende para alcanzar la competencia en los mercados internacionales.
Las empresas son los principales actores en el juego competitivo. En muchos países en desarrollo que han sostenido con éxito un proceso de convergencia de sus niveles de producción con las naciones ricas.02